Alan Pingarrón es un tenor invidente conocido ya por los sonorenses, como lo es también por públicos de otros países donde ha sido aplaudido. Es un tanto dramático ver que lo conducen prácticamente de la mano al sitio donde debe colocarse y cómo tiende a mano a vacío mientras se acerca el director a saludarlo. De ahí en adelante es el amo del escenario.
En la quinta gala del FAOT echó mano, entre otras, de dos obras muy cantadas en estos festivales porque garantizan el aplauso del respetable: “La tabernera del puerto” y la infalible “Granada” del flaco de otro. Alan fue uno de los dos triunfadores de la velada.
Ya había hecho lo suyo, de entrada, el barítono Manuel Vera con el aria “Toreador” de la ópera “Carmen”. Alguien debería aconsejarle a este artista que mejore su “look”.
La soprano Angélica Alexandre suple las limitaciones de la voz con salero, gracia y coquetería. Además se presentó con un vestido rojo que resaltaba su atractivo. Entró con un aire de Ruperto Chapí y siguió con “De España vengo”, en cuya interpretación no habrían caído mal unas castañuelas, siempre que sepa, eso sí, el arte de arrancarles su particular música..
Angélica y Alan hicieron el dúo “Libiamo” de “La traviata” con mediano resultado. La voz de ella no da para tanto y a Pingarrón le falta el empaque de galán (debe haber una manera delicada de expresar esta idea, pero no la conozco y lo que está escrito, así lo dejo).
Y hablé de otro triunfador. ¿Quién? Alguien que no canta pero que dirigió la Banda de Música del Gobierno del Estado con precisión y color: el maestro Renato Zupo. No cumplió como los buenos sino como los mejores. Y se dio el lujo de cerrar la noche con su orquestación de una de las canciones que popularizó el doctor Ortiz Tirado, “Clavel del aire”, que cantó Manuel Vera.
Alguna vez comenté que nos quedamos sin la Banda de Música que en tiempos del gobernador Ocaña mantenía vivas las obras de cien años atrás de los compositores sonorenses, porque el maestro Zupo se empeñó en que la Banda dominara el campo de los clásicos. No nos quejamos porque los frutos son positivos, pero valdría la pena considerar la posibilidad de reservar un sitio permanente en el repertorio para aquellos compositores.
AHÍ ANDARÍAS, QUERIDA MAGALI
Sí, ahí andarías, como anduviste en tantos festivales, micrófono en mano, entrevistando artistas, Magali Romano. Me conmovió el gesto de poner tu nombre a la sala de prensa del Festival, Pero debe haber una manera de recordarte con frecuencia no sólo en cada FAOT anual.
Es absurdo que te hayas ido en la plenitud de tu carrera y de tu vida. Recordaré todos los días tu cara bonita y tu sonrisa traviesa.
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