Falleció la “Güera” Sonia León
Carlos MONCADA OCHOA
Martes 7 de Febrero de 2023

Pues, sí, que el proyecto de nueva Ley Universitaria haya iniciado el trámite para su revisión, análisis y posible aprobación es importante. Pero para mí es mucho más importante, dolorosamente importante, la muerte de la actriz Sonia León. Le dio al teatro sonorense más de lo que se supone que le dan a la Universidad los que se apresuran a deshacerse de una Ley que ha servido para construir una gran Universidad.

Fue Sonia una de las Divinas Garzas, con Lucarmen Galindo y Carmen Alicia Espinoza (mi querida Carmen Alicia, que se marchó para siempre hace pocos años). Con la primera hizo “Orinoco”.

En “Todos somos culpables”, mi única obra de teatro, tuve en el reparto a la Güera y a Alicia Vidales. Las dos actuaron juntas la estupenda comedia “Rosa de dos aromas”. Sonia fue también directora; de momento la recuerdo en “Los jovenazos de la Era N” y en plena madurez artística se aventuró en la dramaturgia y ganó el Concurso de Libro Sonorense con la obra “Como aman los alacranes”..

Hace unos tres meses fuimos a visitarla a Ures Arturo Merino, Ernesto García Núñez y el autor de esta columna. La linda, temperamental Sonia llevaba tiempo viviendo en centros de hospedaje para mujeres. Estuvo contenta, creo, con los chismes que le llevamos, lúcida, buena para recordar, con aparente buena salud. Pero no era esto lo que merecía ella en sus últimos años. El postrer reconocimiento que el Instituto Sonorense de Cultura le dio fue el trofeo ´´Icaro”, poco para ella. Pero algo es algo.

Esta noche, aunque no estoy seguro de que podré recordar entera una de las oraciones que aprendí de niño, lo que falte lo agregaré de mi corazón para completar, rezaré por Sonia.

 

EL PRIMER OBJETIVO DE LA LEY

Para elogiar o para criticar la Ley 4 a punto de desaparecer, todo el mundo la llamaba “Ley Beltrones”. ¿Cómo le irán a decir a la Ley que sin duda aprobarán los diputados morenistas? ¿Ley Durazo o Ley Bracamonte? El doctor Durazo no sabe gran cosa de la Universidad de Sonora pues en los años ochenta, antes de que la Ley Beltrones pusiera orden en el caos de la Casa de Estudios, él vivía atento a que todo estuviera limpio y en su lugar en el despacho del presidente del PRI, mientras que el secretario de gobierno, doctor Álvaro Bracamonte, ya detentaba el honroso título de aguilucho, título creado al paralizar los estudiantes la Universidad del 24 de marzo al 17 de mayo de 1967.

En fin, según la práctica se citará la futura Ley de una u otra manera.  Para los nuevos “mandamases” lo que importa es alcanzar el primer objetivo: que ya no se mencione el apellido Beltrones.

Por ahora, una atenta solicitud, o mejor, una atenta exigencia: ¿Por qué no terminan con los secretos y los susurros y MANDAN PUBLICAR EL TEXTO DEL PROYECTO DE LEY? PRETENDEN QUE AGRUPACIONES Y CIUDADANOS OPINEMOS SOBRE EL PROYECTO PERO NO ES POSIBLLE OPINAR DE UN DOCUMENTO ´DEL QUE SÓLO CONOCEMOS LOS TROZOS QUE PUBLICAN LOS PERIÓDICOS.

Piérdanle el amor a unos pesos, lo que cueste la publicación, y pongan bajo la luz del sol el proyecto de ley. ¿Les da vergüenza o le sacan al gasto?

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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