Un periodista “ se puede sentir importante o poderoso y tarde o temprano todos se acaban dando cuenta de que el poder es prestado, el poder está en el sistema de medios y está en los propietarios de los medios, son los que tienen el poder, no los periodistas”, señaló Diego Petersen Farah, quien acaba de publicar una novela en la cual ahonda precisamente en este tema.
Titulada El Chacal (Planeta), la historia es contada en primera persona por un reportero originario de Puebla que viaja a la Ciudad de México en el marco del proceso electoral de 1988. Esta “joven promesa del periodismo”, como le llaman en ese entonces, será el testigo de los principales sucesos políticos del México contemporáneo como el Quinazo, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la transición política, la campaña sucia de 2006, la construcción de Enrique Peña Nieto como Presidente hasta la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia.
En cada uno de estos episodios de la vida política nacional, El Chacal —como se conoce al protagonista— develará el rol que juega la prensa corrupta en estas intrigas a través de la manipulación de la información y de su uso como modo de negociación. Al mismo tiempo será el relato de su ascenso por El Periódico y su salto a La Televisora hasta su estrepitosa caída.
“Este es un retrato de los medios, no es un retrato de una persona y la manera de hacerlo es crear este personaje, que como fuenteovejuna, es todos o ninguna. Es decir, que va de alguna manera, digamos, pasando por un montón de anécdotas, y algunas anécdotas, uno puede decir ‘creo que yo me acuerdo que esto le pasó a fulano o a zutano, pero en realidad no le pasa a nadie, todo lo que está narrado ahí es absolutamente ficcionado. Hay referencias que nos pueden, digamos, vincular a la realidad, pero es meter un personaje, atravesarlo en el sistema de medios, un personaje de ficción, que nos permita hacer el retrato, que ningún periodista por sí sólo podría ser ese retrato”, comentó en entrevista el autor.
Diego Petersen cómo su personaje, El Chacal, en realidad es un periodista inteligencia que tendrá que darse cuenta poco a poco de que no es sino una pieza más del engranaje del sistema de medios. En ese sentido, indicó que recurrió a una narración atractiva y vertiginosa, en la que “si le sobra alguna palabra no es por floritura literaria sino por error”, pues se trata de que no sobre palabra alguna, “de que sea la narración lo más veloz posible, que también te meta a esta lógica del vértigo de los medios”.
“El periodismo de repente te mete en esa lógica de vértigo que cuando te baja, cuando se acaba la montaña rusa, sales nada más mareado que no supiste qué pasó, es un poco lo que le pasa al Chacal, se sube a esa montaña rusa a una velocidad que él no controla, por eso es la narración en esa velocidad, y de repente acaba en un lugar que dice ‘qué estoy haciendo aquí’”.
Texto completo en:
https://www.sinembargo.mx/12-02-2023/4323216