Se ve mal que los dueños de la casa, nosotros, los sonorenses, le digamos al que nos visita un mes sí y el siguiente también: Eres bien venido pero, ¿no tienes chamba en tu casa?
Puede decirse que el presidente Gustavo Díaz Ordaz jamás vino a Sonora en su sexenio, porque en la única ocasión en que pisó suelo sonorense fue en San Luis Río Colorado, y eso porque aprovechó que había volado a Mexicali, que era su punto de destino (como recordará el lector, San Luis queda de ahí a una hora por carretera).
Hace unas semanas recordaba, en este espacio, que el presidente Echeverría fue a Yucatán, dictó algunas disposiciones, regresó a México y al día siguiente voló de nuevo a Mérida porque, dijo a los periodistas, quería checar si estaban cumpliendo sus instrucciones de ayer. Fue una ocurrencia infantil.
Las obras a las que viene el Presidente a echar un ojo: la modernización del puerto de Guaymas y la carretera a Chihuahua, la planta productora de energía limpia en el desierto, entre otras, no son de las que se construyen de un día para otro ni tiene el licenciado López Obrador los conocimientos técnicos necesarios para señalar que un tornillo está mal puesto.
A estas alturas está claro que la frecuencia de las visitas tiene por objeto que los funcionarios responsables estén concientes de que se les vigila, y los ciudadanos del rumbo, que su mandatario está personalmente pendiente de ellos. Lo malo es que se gasta mucho dinero del erario en estos viajes, más lo que sale de la tesorería del gobierno de Sonora para cubrir la movilización del gobernador y sus colaboradores.
Presumen mucho los que gobiernan de que ahorran dinero cuidando el presupuesto. No les hará daño ahorrar algo más y de paso atender mejor sus deberes en el Palacio Nacional.
EL SECRETO PARA NO PAGAR CUOTAS
Que no les cobren cuotas de inscripción y colegiaturas, es la vieja cantaleta de los estudiantes universitarios. ¡Pobres! Han de andar flacos y hambreados porque lo poco que tienen se les va en pagar la educación profesional.
Creo que alguien debería compadecerse de ellos y decirles que hay una manera de no pagar un centavo, o cuando menos, de que las cuotas se les reduzcan. Si el promedio de sus calificaciones es de 90 o más, se les va rebajando la colegiatura hasta que les sale totalmente gratis si llegan a 95..
Y hay otro camino, además, para que ganen dinero en cantidad importante: si son los mejores en su carrera. Cada 12 de octubre, en la ceremonia de aniversario, a los mejores alumnos se les entrega un certificado de reconocimiento acompañado de un cheque con jugosa cantidad como premio.
¿Y qué deben hacer para lograr esto? No es sencillo, pero hay muchos alumnos y alumnas responsables y laboriosos que lo consiguen: ESTUDIAR.
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