Javier Gándara, hombre de virtudes cívicas
Carlos MONCADA OCHOA
Miércoles 8 de Marzo de 2023

Es una pena que el nombre de Javier Gándara se vea envuelto en el juego frívolo de proponerlo para rebautizar una vía de comunicación y luego desproponerlo. Yo diría que la frivolidad corre a cargo de quienes lo propusieron para halagar a la familia sin dar cumplimiento a las reglas fijadas a los Ayuntamientos para manejar las nomenclaturas. Los diputados que han levantado la voz no hacen sino señalar las omisiones.

Es innegable que su trayectoria está sembrada de méritos, aunque los viejos priistas le reprocharán siempre que haya dado el brinco del tricolor al PAN, y los panistas, que haya formado filas en el PRI. Es el riesgo de someter a la consideración pública el nombre de un político.

Hace muchos, muchos años, un nutrido grupo de ex alumnos del profesor Lázaro Mercado, que fue director general en el gobierno de Álvaro Obregón Tapia y murió en ese sexenio, hicimos campaña para que a la Escuela José Rafael Campoy, de Cajeme, se le pusiera el nombre de nuestro maestro. Lo invitamos a una cena para expresarle nuestro apoyo y él aceptó. Nos agradeció el propósito pero lo rechazó, primero, dijo, porque era injusto quitarle a la Escuela el nombre de un distinguido alamense, y segundo, “porque estoy vivo”. Y medio en serio y medio en broma, explicó: “Porque estoy vivo, y aunque me vean viejo y feo, podría enamorarme de una muchacha y hacer locuras que alguno de ustedes habrá cometido ya, y los haría quedar mal a todos los que me hacen este ofrecimiento”.

Poner a un bien público el nombre de un ciudadano, además de cumplir los requisitos que exige la Comisión de Nomenclatura debería hacerse cuando hubieran pasado algunos años de fallecidos el varón o la dama señalados para recibir el honor, o más bien, que recibirían sus familiares. Así se evitarían estas discusiones que, ciertamente, no afectan la fama del personaje, sino más bien, hacen dudar de la sensatez de quienes discuten.

 

MIS LIBROS A 3 X $70

Como lo anuncié, el viernes, el sábado y el domingo tendré a la venta, en mi casa de la Colonia Loma Linda varios de mis libros que me quedan. En noviembre cumpliré 70 años de periodista, y por eso costarán tres libros a 70 pesos. Los libros son:

Tomos III, IV y V de la Historia General de la Universidad de Sonora. “Asalto a Sonora”, crónica de lo que hizo y deshizo el gobernador Padrés. “¿Y Padrés, qué?” . sobre las cuentas que le sacó la justicia al ex mandatario y colaboradores. “Club de lectores”, reseña de los libros que he leído en mi vida. “Los ex gobernadores dan línea”: lo que hablaron gobernadores muertos con gobernadores vivos. “Pistas para encontrarme”, una selección de mis cuentos y otros escritos breves. “Diálogo con multitudes”, crónica de los murales que hubo y los que hay en Sonora. “De mendigar curules a reinas del Congreso”, historia de la trayectoria de las diputadas locales. En caso de que vengan damas compradoras les obsequiaré “Mi libro póstumo”

carlosomoncada@gmail.com

 
 

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