A partir de hoy, una semana para la huelga en la UNI
Carlos MONCADA OCHOA
Jueves 20 de Abril de 2023

Queda una semana para que los sindicatos de la Universidad lleguen a un acuerdo con las autoridades de la Casa de Estudios y negocien la revisión salarial para evitar la huelga. Hasta antes de la Ley 4, que entró en vigor en 1991, los líderes aplicaban una estrategia cómoda: si Rectoría demostraba que no había recursos para incrementar los sueldos, hacían relajo público para que el Gobierno del Estado entrara al quite con la aportación necesaria a fin de mantener la paz.

Sería absurdo decir ahora a Rectoría: ha de haber dinero, puesto que el gobernador Durazo le bajó al Congreso el presupuesto para dar mayor apoyo a la Casa de Estudios. Cierto, pero el apoyo ha consistido en aumentar las becas a los estudiantes, no está destinado a incrementar los sueldos.

La nota especial de este conflicto es que el emplazamiento coincide con la integración del principal órgano de autoridad de la Uni, esto es, el Colegio Universitario. Si la huelga llegara a estallar, ¿se suspenderá el trámite encaminado a dar ´posesión a los nuevos mandatarios (y mandones) de la Casa de Estudios? ¿Le dejarán el peso del paquete a la rectora Plancarte?

¿Podrán los miembros del flamante Colegio apresurar su instalación a fin de adquirir las facultades necesarias para intervenir? ¿O sacaría la Rectora una varita mágica, arreglaría el asunto y aquí no ha pasado nada?

En la duda, aparto butaca de primera fila, dejo a la puerta el aviso de que no estoy si me buscan y me declaro atento al desarrollo de esta primera amenaza de huelga.

 

MI PRIMER CONVERSATORIO

Ya me avisó mi activísima amiga Sofía Rayas, que con hábil batuta dirige la orquestación del festejo de los 75 años del Museo y Biblioteca, que me tocará turno en el programa el martes 25 a las 11 de la mañana.

Estoy muy emocionado porque por vez primera en mi ya larga vida participaré en un conversatorio. He dictado algunas docenas de conferencias o charlas (con esta palabra se le elimina la petulancia del término “conferencia”, no digamos la cursilería cuando se le agrega el adjetivo “magistral”), y también en mesas redondas (que siempre son cuadradas o rectangulares), con un moderador que nada modera.

Pero es la primera ocasión que me invitan a tomar parte en un conversatorio, palabra que no se encuentra en mi Larousse edición 2011, en el que la busqué para saber qué es, qué requisitos debe llenar el conversador y si el formato del conversatorio incluye una taza de buen café.

En fin, ya les contaré qué sucedió en ésta, la más reciente aventura de mi vida.

carlosomoncada@gmail.com.

 
 

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