Fingir que hay democracia
Carlos MONCADA OCHOA
Lunes 29 de Mayo de 2023

El domingo próximo se elegirá gobernador en dos entidades federativas. Se supone que habrá competencia por ellas, cierta emoción característica, hasta no hace mucho, de las contiendas electorales. Ojalá. Ojalá, para que no lleguemos a caer en la indiferencia que aleja a los ciudadanos de las urnas. No es deseable que la lucha degenere en violencia, pero tampoco debe convertirse en acto rutinario y gris.

Inclusive “la grande”, la pelea que se da por la Presidencia de la República, y que tendrá lugar dentro de un año, parece desangelada. Los aspirantes por el lado de Morena con el menor pretexto viajan de un estado a otro buscando hacer prosélitos, mientras que en el PAN, el mejor organizado de los partidos que sobreviven, no están seguros todavía de quién vale la pena para ser su gallo (o su gallina). Normalmente, al acercarse el proceso electoral están definidos por la militancia de cualquier partido los dos o tres precandidatos viables. En el caso de los panistas, inclusive ellos se burlan de que sólo se haya apuntado Lily Téllez.

Por lo que toca al anémico PRD, el veteranísimo Jesús Zambrano ha decidido imitar al espantapájaros “Alito” en su maniobra para prolongar su periodo de presidente; Jesús no es tan ingenuo para pensar que, mediante una coalición, su partido alcanzaría una excelente posición; le interesa, sí, una posición pero en lo personal, digamos, una diputación plurinominal.

El más patético es el PRI. El dirigente estatal Rogelio Díaz Brown acaba de señalar como un buen signo el hecho de que en la reestructuración de comités municipales y del directivo estatal no ha habido pleitos ni diferencias. ¿Pero quién va a pelearse por un cargo que no lleva a parte alguna? Los que quieran participar como candidatos lo podrán hacer sin topar con oposición interna, siempre que estén dispuestos a gastar dinero propio en sus campañas. Más bien, cuando el PRI convoque al registro los presuntos precandidatos harán como que no se oye.

Pese a todo esto, sería una tontería dejar que se pierda lo que se ha ganado en las contiendas electorales. Mientras las cosas mejoren (no sé cómo), finjamos que hay democracia. Si fingimos muy bien, podríamos llegar a creerlo.

 

SUICIDIO EN LA LAGUNA DEL NÁINARI

¿Ya terminaron los festejos del aniversario de la laguna del Náinari? Lamento no haberlos seguido con atención porque algo podía haber aportado, ya que fui uno de los jóvenes que andaba paseando aquel día en el fondo de la laguna para ver qué tanta profundidad le habían dado. Y en esto, que avisan por el magnavoz que el alcalde se disponía a abrir la compuerta que permitiría el paso del agua del canal hacia la enorme excavación. Y corrimos, o volamos, arriba temerosos de que el torrente nos arrastrara. ¡Qué nos iba a arrastrar si para llenar la laguna se necesitaron tres semanas!

Pero no era esto lo más importante que deseaba recordar, sino la muerte o suicidio, en aquellas aguas del joven Isidoro Guerrero Yépiz, estudiante de Derecho a punto de graduarse. Era un hombre vigoroso, leal con sus amigos, buen alumno, con inclinaciones políticas. Sufría un desequilibrio neurológico que quizás pudo ser atendido a tiempo. Quizás.

carlosomoncada@gmail.com

 
 

Copyright © 2006-2024. Todos los Derechos Reservados
InfoCajeme
www.infocajeme.com