Cúpula o domo de calor, canícula, o simplemente el calorón de cada año que llega con la entrada del verano se ha dejado sentir este martes en la región sur de Sonora y en Cd. Obregón algunos termómetros registraron entre 49° C  y 50° C alrededor de las 14:00 horas.

Nada que no conozcamos los cajemenses, cada año tenemos estos picos de temperaturas extremas y en el principio de la temporada, cuando aún no han caído las primeras lluvias, el viento seco se convierte en tolvanera. Así lo vimos hoy en diferentes sectores de la ciudad, más notorio en la Laguna del Náinari y las colonias del sur rodeadas de grandes terrenos baldíos.

Este martes toda la ciudad fue una "isla de calor".

Vimos pasar camiones urbanos sin aire acondicionado, la mayoría, por no decir todos, y a bordo pasajeros que soportaban con estoicismo el calor ambiental más insoportable aún con los humores corporales. Todos se aferraban a las ventanillas abiertas; la mayoría estaban cerradas.

Los cientos de personas "en condición de calle" que deambulan por la ciudad se aferraban como nunca a una sombra por pequeña que fuera, pedían limosna para comprar agua embotellada y los que tuvieron suerte se prendieron como desesperados de una manguera. 

Como nunca se sintió la indiferencia de las autoridades a las que se les ha sugerido instalar bebederos públicos, no sólo para los indigentes sino también para las personas pobres, en especial niños, que no traen en la bolsa más que lo necesario para pagar el camión de regreso a casa.

Y ese día también nos dimos cuenta de la negligencia de quienes administran los grandes centros comerciales, obligados desde hace un año a arborizar sus áreas de estacionamiento. 

Bienvenido verano, de aquí hasta fines de octubre.