Las personas más afectadas por las altas temperaturas sin duda son las personas en situación de calle, como se les llama a vagabundos, gente con problemas mentales, migrantes, drogadictos y otros seres cuya presencia es cada vez más numerosa en Cd. Obregón.
Es urgente instalar bebederos públicos para dichas personas, la mayoria sin dinero que les permita comprar agua o refrescos, menos aún una comida sana.
La presidenta del DIF Cajeme, Patricia Patiño, inició recorridos por los sitios donde suelen reunirse esas personas y les llevó botellas de agua, bolsas de suero oral y alimentos.
Fue un acto digno de reconocerse pero insuficiente. Quienes viven en situación de calle no están siempre en un lugar, deambulan, van de aquí para allá, no es sencillo ubicar a la mayoría.
Por esa razón las autoridades del DIF, el Ayuntamiento en general, Protección Civil y organizaciones altruistas deben retomar el proyecto para la instalación de bebederos públicos que ayudan no sólo a indigentes sino también a mucha gente que debe caminar por el centro de la ciudad, en las horas de mayor calor, y no tiene dinero para comprar un refresco o agua embotellada. Esa gente, entre la que se incluyen muchos niños, apenas tiene unas monedas para pagar el camión y cumplir con el asunto que las obligó a salir de sus casas.
El proyecto de bebederos públicos fue impulsado por el activista y después regidor Rosendo Arrayales durante la administración municipal de Faustino Félix Chávez, quien atendió la solicitud y ordenó instalar bebedores en lugares públicos como plazas, central de autobuses, hospitales y otros. Se hizo énfasis en la necesidad de instalar uno en la estación del ferrocarril pero las autoridades rechazaron la propuesta por considerar que eso alentaría a muchos migrantes a bajar del tren y quedarse más días en esta ciudad.
Pero los bebederos se instalaron, incluyendo uno que propuso Ernestina Castro para Esperanza antes de que ella fuera diputada.
Sin emabargo el vandalismo y el desinterés de la autoridad por darle continuidad al proyecto ocasionaron que en poco tiempo los bebederos quedaran desmantelados e inservibles, incluyendo el de Esperanza.
Hoy con legisladores y autoridades municiaples "alineados" bajo la sombra de la 4T, movimiento que se autonombra humanista, es urgente retomar la instalación de bebederos públicos, darles mantenimiento y la protección que no le dieron las indolentes autoridades anteriores.
Y ¿por qué no? sería positivo también instalar regaderas públicas o abrir fuentes, como se hace en otras ciudades, para que las personas sin hogar puedan refrescar sus cuerpos. También servirían para la diversión de chicos y grandes. ¿Por qué no?