Es duro acariciar un sueño, aguardar los beneficios que lloverán sobre nosotros al verlo realizado y descubrir que ha sido frustrado. En plena desilusión, tal vez nos aliviará la conciencia de que luchamos sin pausa por el sueño.

Pero cuando se trata de un sueño que apenas comenzaba a tomar forma, aunque era una convicción de que traía con él, para todos los mexicanos, la felicidad, y de pronto, sin prepararnos para el golpe, se rompe como una pompa de jabón, es imposible describir las dimensiones de la amarga decepción.

Hablo de la sorpresiva y terrible noticia de que Lilly Téllez ha decidido retirarse de la contienda por la candidatura de los partidos chiquitos. Queda clausurada la posibilidad de que llegue a la Presidencia de la República al menos para este sexenio. Pensamos, como ella, que aunque carece de capacidades para ocupar el cargo y su discurso es deshilvanado y vacío y desconoce los grandes problemas de México, habría sido suficiente su encanto personal para desenvolverse.

Además, podría haberse defendido con su sólida cultura. Está documentado que ha leído un libro más de los que intentó terminar Enrique Peña Nieto.

Pero el sueño está roto. Y ahora, se pregunta el pueblo, ¿quién podrá salvarnos? ¿la Xóchitl?

BECAS PARA TODOS, ¿Y?

Poner a disposición becas para todos los estudiantes de Sonora es acción que, por sí sola, acredita el gobierno de Alfonso Durazo. Pero el objetivo es tan bello que no creo que sea suficiente hacer que los niños, adolescentes, jóvenes, se formen en ordenada fila y ¡órale, vayan pasando por su beca!, y ya.

Es evidente que el Congreso del Estado aprobará por unanimidad la iniciativa de ley que dará obligatoriedad permanente a la entrega de becas al incorporarla a la Constitución Política de Sonora. Pero, perdónenme si no me incorporo al grupo de los aplaudidores sin plantear cuestiones que me inquietan.

¿Se hará sentir a los becarios que con este beneficio surgen para ellos obligaciones concomitantes que habrán de satisfacer con buenas calificaciones? Una beca no convierte al flojo en activísimo estudiante. Al contrario, podría hacer flojo al estudioso.

La técnica jurídica aconseja dejar estos y otros aspectos del manejo de las becas para un reglamento desprendido de la norma constitucional. ¿Es demasiado pronto para esperar que se haya elaborado ya, o al menos, que se está trabajando en él?

Ojalá que se le dé amplia difusión, no para que genere más aplausos para los gobernantes (que se los merecen, la verdad) sino para que los familiares de los becarios contribuyan a vigilar el cumplimiento cabal de los becarios. A mí me interesa, como periodista metiche que siempre he sido, conocerlo. Ahí les encargo.

carlosomoncada@gmail.com