El apodo “corcholata” aplicable a quienes aspiran a la candidatura a la Presidencia, le cae como mandado hacer especialmente para ella, a la Xóchitl Gálvez. El corcho es hueco, si cae al piso bota y rebota sin dirección fija y queda quieto en un rincón. Y será forzoso agregar “lata”, porque de confirmarse como abanderada de los partidos chiquitos dará lata constante con sus quejas de todo y contra todos. Será cosa de soportar sus impertinencias una temporada, luego quedará olvidada en un rincón.
El presidente AMLO ya la mencionó como precandidata, pero esto no se abona en su cuenta de adivinador, como lo pretendía, porque antes de que la citara de eb
Los partidos chiquitos tendrán que mantener a dos o tres aspirantes en el papel de rivales de la Xóchitl para dar la impresión de que no ha sido escogida por dedazo de los millonarios conservadores, sino mediante un procedimiento democrático. Esto no será fácil pues ya se retiraron cuatro que supuestamente competirían en la selección interna. Son tres o cuatro inconformes que en nada contribuirán a dar la impresión de unidad, objetivo importante de todo partido.
Como la Xóchitl no está capacitada para entender los grandes problemas de México, sugiero que abra sus actividades electorales con un gesto de audacia: que convoque a un congreso nacional para hacer un diagnóstico de la cultura mexicana y proponer posibles soluciones.
Al mismo tiempo, podría llamar a su equipo de colaboradores a políticos que se hallan algo retirados de la política pero que poseen experiencias susceptibles de ser aprovechadas por una nueva administración. ¿Qué tal si del brazo de la Xóchitl vuelve a la política Guillermo Padrés Elías?
DIFÍCIL LA REELECCIÓN DE “TOÑO”
En columna más o menos reciente hablé de la posibilidad de que el señor Astiazarán intente la reelección como alcalde de Hermosillo y el gran obstáculo que significaría el apoyo de una alianza desprestigiada y débil, la que forman el PRI, el PAN y el PRD (recuérdese que la Ley exige que quien desee reelegirse debe hacerlo como candidato del partido o partidos que lo postularon en la elección anterior).
El argumento decisivo para salir avante en la reelección es haber realizado un excelente trabajo en el cargo que está por concluir. Y éste no es el caso de don Antonio Astiazarán. Ha sido un presidente municipal regular, aceptable, pero no la maravilla que sus publicistas tratan de vender a los hermosillenses.
La verdad es que a los habitantes de este municipio nos convendría un cambio de gobernantes, de partido, de estilo, con ideas distintas, renovación en el Cabildo y los puestos administrativos. Todavía le falta un año y meses al Ayuntamiento actual pero no nos hará daño, a los ciudadanos, ir analizando perfiles.
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