En la calle Jalisco, a espaldas del edificio de Seguridad Pública (calle 300), se levantó en pocas horas una enorme estructura de hierro destinada al parecer a colocar un anuncio espectacular para promoción de uno de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena.
Los trabajos iban muy avanzados pero este martes pararon de repente. La razón ya es conocida: el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sugerido a las "corcholatas" retirar los anuncios espectaculares donde se promocionan pues son una herramienta del conservadurismo.
Y como los aludidos dependen más del ánimo del presidente que de una encuesta para obtener la candidatura, los espectaculares instalados en esta ciudad, como en muchas ciudades del país, fueron retirados en unas cuantas horas.
Cientos de espectaculares de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y López Hernández aparecieron en varias entidades del país desde que los tres se destaparon como aspirantes presidenciales y renunciaron a sus respectivos cargos para buscar la candidatura de Morena.
Ricardo Monreal, quien es uno de los aspirantes de Morena, denunció la semana pasada que algunas “corcholatas” tenían un excesivo despliegue de espectaculares y pinta de bardas que expresan una promoción personalizada.
Hoy AMLO les ha advertido por si quieren seguir instalando espectaculares:
“Ojalá y no hagan lo mismo que llevan a cabo los conservadores, lo mismo que está haciendo Claudio X González. No sé si lo estén contratando, pero si lo están haciendo no estarían actuando correctamente".
Así poco a poco irán desapareciendo los espectaculares de "corcholatas". El negocio irá a la baja.
Un problema de urbanismo
La aparición de grandes estructuras metálicas que sirven de soporte a los anuncios de grandes dimensiones es un problema permanente en nuestra ciudad.
Sean o no para propaganda política, y aunque se trate sólo de publicidad comercial, los espectaculares le dan una fisonomía aún más deplorable al centro de la ciudad. Antes de que aparecieran los rostros de las "corcholatas", ya había demasiados.
En otras ciudades se ha prohibido incluso instalar dichas estructuras porque no aportan nada al atractivo visual del paisaje urbano, por el contrario, incrementan la fealdad de espacios sucios y con un buen número de inmuebles abandonados y semidestruidos por el vandalismo.
Esto es lo que ocurre en Cd. Obregón. A quien le pegue la gana sólo porque tiene un espacio que rentar o necesita publicitar un producto o servicio, le es fácil instalar su anunciote.
No hay autoridad que lo impida. Y si hay un reglamento para esta actividad, de nada sirve por lo visto.
Así, de manera impune, se va deteriorando el paisaje urbano de la ciudad.