Especialistas indicaron que las piezas datan del primer tercio del siglo XX y fueron recolectadas en Tlaxcala, por investigadores suecos entre 1935 y 1937, luego de que un grupo de personas yaquis fueron exiliadas de Sonora, por el régimen porfirista.
Por ello, constituyen parte de un registro invaluable de este periodo histórico de confrontación y exterminio hacia el pueblo yaqui. La mayoría de los objetos proceden de contextos ceremoniales, aunque presumiblemente también algunos sean para un coleccionismo artesanal temprano.
La estructura de gobierno tradicional recibió todos los objetos que, de acuerdo a sus tradicionales, utilizan desde tiempos inmemoriales en la Danza del Venado:
Un par de Téneboim (sartas de cascabeles de capullos de mariposa que se enroscan en los tobillos del danzante), dos Áyam (sonajas de calabazo) y un Rijutiam (cinturón-idiófono de pezuñas de venado).
Asimismo, piezas ceremoniales de otras danzas: de Pajkola (dos Majka’a o máscaras, un Koyolim o cinturón de cascabeles de bronce, un Tono jisumia o textil de amarre de piernas, una Pi’isam o cobija [catalogada como rebozo] y dos Sena’asom o sonajas de madera); de Matachines (una Sewa o corona, una Áya o sonaja roja y una Palma).
Chapayecas (una Chomo o máscara de fariseo, una Ejpa o espada de madera y su Ejpa asola o cuchillo de madera). La colección posee también los siguientes instrumentos musicales: una Baca kucía (flauta de carrizo), un Kúba’i (tambor de doble parche), un Ba’ajiponia (tambor de agua), y un Jírukia intok bweja’i (raspador con calabazo).