Acompañada de su hijo autista en grado crítico, la joven madre pide encarecidamente apoyo al alcalde Javier Lamarque. La tragedia amenaza a la mujer. Además de la enfermedad de su hijo, ella padece esclerosis sistémica, un mal que -dice- acortará su vida. 

Está aquí porque necesita apoyo para un juicio sucesorio en casa intestada, donde ella y su hijo viven. El alcalde la escucha y pide que la atienda un abogado del área jurídica del Ayuntamiento.

Era tal vez la última oportunidad de la mujer quien culpa a su padre por el desamparo en el que los dejó. Y comenta con el reportero una acción vil cometida por el padre, acción impublicable.

La situación despesperada de la mujer y su hijo no es el único caso conmovedor que se presenta en la audiencia ciudadana de este día. También está el de otra madre, ella pide una silla de ruedas para movilizar a su niño que padece parálisis cerebral y no tiene cómo llevarlo a las terapias.

Otra madre pide apoyo para trasladar el cadáver de su hijo que murió en Estados Unidos y no ha encontrado manera ni dinero para traerla desde allá. Tal vez su último recurso sea el apoyo que promete darle el alcalde Lamarque.

Un hombre reclama también más seguridad pública en el sector donde tiene una casa y negocio que ha sido objketo de robo durante varios años por un ladrón drogadicto al que ha denunciado ante la policía municipal sin recibir una respuesta positiva. El tipo sigue robando como si nada, dice el hombre, "y un día de éstos no sé que voy a hacer si lo agarro", amenaza. El alcalde le responde que por ser un hecho consumado la investigación de los robos y detención del pillo no corresponde a la autoridad municipal sino a la estatal a través de la Fiscalía General de Justicia. Sólo que fuera sorprendido en flagrancia, el ladrón será detenido por los municipales.

Luego se planta frente a Lamarque y sus acompañantes el viejo maestro que pide apoyo para regularizar un terreno de su propiedad, petición en la que lleva más de treinta años sin que se le haya resuelto.

Pero también está la persona que pide apoyo económico para empezar un negocito de venta de tamales, y luego vienen los que piden intervención del alcalde para que se arreglen daños en la infraestructura urbana y de drenaje...

El alcalde escucha y turna a cada uno con el funcionario allí presente que debe apoyar al ciudadano.

Así transcurre una jornada más del programa de Atención y Participación Ciudadana, audiencias que permiten a los ciudadanos humildes o sin influencias plantear a las autoridades los casos de la vida real que son cotidianos y desgastantes para muchos cajemenses.