Ya salió por ahí, en Ciudad Obregón, creo, la propuesta de que se modifique la Ley en materia de armas de fuego para que se permita a los ciudadanos adquirirlas y tenerlas en casa para defenderse. La propuesta suele aparecer en momentos de crisis y desesperación social. No se piensa que si se agregan armas al torrente que ya circula amentará el derramamiento de sangre.

Y no sólo de sangre de delincuentes, que el dueño de la pistola se imagina que abatirá, sino de familiares y amigos que rodean al ciudadano armado y que por falta de entrenamiento (para manejar el arma y para tener el valor de dispararla a un ser humano) puede causar involuntariamente muertes. Ha sucedido así en no pocas ocasiones.

Naturalmente, la desesperación del ciudadano es explicable. Cajeme, Empalme, Nogales, San Luis Río Colorado y otros municipios no son recomendables para vivir en paz. Es también explicable que los responsables de la seguridad intenten convencer a los ciudadanos, mediante la difusión de porcentajes delincuenciales que van a la baja, que todo tiende a mejorar.

El porcentaje de homicidios dolosos bajó en junio. Qué bien. Ahora dígannos cuánto sube en julio con los once muertos del bar de San Luis Río Colorado. ¿Y los detalles? ¿Cómo fue que un malhechor, solo, aseguró la puerta o puertas de salida para que nadie escapara del fuego? ¿Qué clase de brebajes y drogas se consumían para que las víctimas pasaran, sin sentir, de la embriaguez a la muerte?

No sé, como periodista, y dudo que un colega lo sepa, cómo atenuar el problema de la inseguridad. Lo que sé con certeza es que legalizar el uso de armas en todos los sectores de la sociedad sería un grave error. Un error mortal. Cuidado.

EXCLUSIVA CON CHAYO ROBLES

En El Sol de México se enfrentaron ayer al problema que no pocas veces me asaltó cuando era jefe de redacción en el Diario del Yaqui o en algún otro medio: ¿Qué noticia meto de principal?

En El Sol resolvieron dar el espacio principal a los planes que tiene Rosario Robles, luego de batallar durante tres o cuatro años para recobrar la libertad, para volver a la política la cual, dijo, nunca ha abandonado.

Bueno, lo que importa cuando no se tiene la nota para “la de ocho”, como se decía en los buenos tiempos, es tomar una decisión y resolver el problema porque las horas del cierre del periódico no esperan. Al día siguiente vendrán las felicitaciones de los jefes, o tal vez las palmaditas de pesadumbre. Esto último debe estar recibiendo el jefe de redacción de El Sol a estas alturas. Pues ¿a quién interesa el futuro de Chayo Robles, caso de que Chayo Robles tenga futuro?

carlosomoncada@gmail.com.