Quienes vivimos aquella época, la del sexenio del presidente Adolfo López Mateos, no podemos olvidar la furiosa campaña que se desató contra el libro de texto gratuito en los medios de comunicación más conservadores, en ciclos de conferencias y eventos públicos organizados por la derecha y, naturalmente, en los púlpitos de las iglesias.

El motivo principal de los ataques fue ideológico-religioso. No había en los textos críticas a la iglesia pero se omitían las versiones bíblicas de la creación del hombre, y de una costilla de éste, de la mujer. Y ése es sólo un ejemplo, La intensa comezón la provocó que las lecciones se mantuvieran fieles al conocimiento científico.

A más de medio siglo de aquello, vuelven las críticas a la edición que prácticamente está ya impresa, no con tanta furia pero sí igualmente absurdas. Una madre de familia se quejó de que no se menciona al INE como instrumento de la democracia. ¿Quién iba a tener la desvergüenza de hacerlo después de los dos fraudes electorales de que se hizo víctima a López Obrador en dos sexenios sucesivos?

Supongo que no habrán tomado a mal la orientación moral de los textos encaminada a combatir la corrupción y al puntual cumplimiento de las normas constitucionales. Será algo torpe creer que porque esta filosofía coincide con la del gobierno actual contiene un mensaje político.

El Presidente declaró ayer que no hay en este momento juicios de amparo que impidan la distribución de los libros. Millones de ellos son reprobados en la prensa por centenares de personas que no los han leído. El objetivo es hacer relajo.

EL ÁMBITO FAMILIAR

El ideal de la sociedad mexicana, y de cualquier sociedad humana en el mundo, es respetar el área de la enseñanza que ha de conducir el maestro, y dejar principalmente a la madre y al padre la tarea, nada fácil, de crear en los hijos hábitos y costumbres positivos; el respeto a los demás, la disciplina y los valores. En un terreno bien abonado germinan con mayor vigor las semillas del conocimiento.

Esto no significa que cada campo será exclusivo para maestros o para progenitores sino que procurarán marchar en armonía en sus responsabilidades. En el sexenio del gobernador Eduardo Bours se llevó al cabo una inteligente campaña de difusión de los valores. Se mantuvo al margen de influencias religiosas y partidistas, si bien los ciudadanos quedaron en libertad de darles interpretación personal.

Recordamos con simpatía que llegaron a colgarse, desde lo más alto del Museo y Biblioteca, larguísimos lienzos con una sola palabra claramente impresa: el de cada uno de los valores. Un lienzo para cada valor estuvo a la vista de la población el tiempo suficiente para reflexionar en él.

Perdón por la tangente que hemos dibujado a partir del Libro de Texto Gratuito. Los temas sin duda están emparentados.

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