Si puede dormir la siesta, hágalo; su corazón se lo agradecerá, aconseja el doctor Dimitrios Trichopoulos, experto de la Universidad de Harvard.
La siesta reduce el estrés y los riesgos de sufrir un infarto, demostró un estudio que se hizo a 23 mil 681 personas entre 20 y 86 años, que no tenían problemas cardíacos ni otra enfermedad grave.
Quienes duermen la siesta por lo menos tres veces a la semana durante alrededor de media hora, tenían un 37 por ciento menos de posibilidades de morir de ataques al corazón o de otros problemas cardíacos, que quienes no se echaban un sueñito.
La evidencia más fuerte fue en hombres que trabajaban, de acuerdo con el estudio publicado esta semana en la revista Archives of Internal Medicine.
Los investigadores dijeron que la siesta podría beneficiar el corazón al reducir el estrés, puesto que el trabajo es una fuente común de este mal.
Asimismo, dormir en la tarde alivia el estrés en los individuos con buena salud, según el estudio que se adelantó durante seis años.
El estudio no arrojó resultados concretos sobre la incidencia del sueño en las mujeres.
Según el doctor Marvin Wooten, especialista en problemas de sueño, en el hospital Columbia St. Mary's, en Milwaukee, las personas que dormían la siesta demostraban “que tenían un mejor cuidado de sí mismos”, y eso también beneficiaría el corazón.
La persona que no tiene tiempo para dormir siesta probablemente está bajo fuerte presión, y eso podría aumentar el peligro de un ataque al corazón, añadió.
Ya hay empresas en diferentes partes del mundo que han habilitado salas de descanso para recostarse un rato después de comer.
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