Dieta, ejercicio y celulitis
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Martes 28 de Abril de 2009

Aunque está muy extendida la opinión de que la celulitis es una acumulación de grasa en alguna parte del organismo no es exactamente así.

La celulitis, en realidad, se debe a un trastorno circulatorio a nivel local: al no producirse un drenaje correcto de nuestras células grasas o adipocitos los desechos e impurezas se acumulan en forma líquida, al principio, para adquirir después una consistencia espesa.

La acumulación de este líquido espeso produce como consecuencia una irritación de las células llamadas fibroblastos que comienzan a producir colágeno en mayor cantidad. El resultado es un apelmazamiento de la acumulación y la consecuente tracción de la dermis, lo que ocasiona la temida "piel de naranja".

 

¿CUÁL ES TU TIPO DE CELULITIS?


Por motivos hormonales, la celulitis afecta al 90% de las mujeres y no es sólo patrimonio de las más obesas. La adolescencia, el síndrome premenstrual, el embarazo y la menopausia son situaciones de alto riesgo que pueden desencadenarla aunque también la herencia genética juega un papel importante.

Los profesionales de la estética distinguen tres tipos de celulitis: la incipiente -que es la que resulta más fácil de combatir-, la blanda o fláccida -que se ve reforzada por los malos hábitos de vida- y la edematosa -que suele ir acompañada de dolores e hinchazón.

Como lugares favoritos a la hora de instalarse destacan los muslos -en los que aparecen la antiestéticas pistoleras-, las nalgas -que adquieren un aspecto acolchado-, el vientre -donde la celulitis se instala a partir de los 40 años, sobre todo debido al sedentarismo- y el interior de las rodillas -donde puede surgir ya en la pubertad y es muy reacia a los tratamientos-.

También la cara interna de los brazos es considerada zona de riesgo -sobre todo durante el embarazo y tras los aumentos de peso- y el cuello -que es afectado por la celulitis especialmente durante y después de la menopausia y que da origen al llamado "cuello de bisonte".


DIETA Y EJERCICIO

Controlar la celulitis requiere prevención y constancia. La primera medida a tomar es la de adoptar una adecuada alimentación ya que existe una estrecha relación entre la cantidad de toxinas acumuladas en el cuerpo y la aparición de celulitis, de modo que las personas que sufren de estreñimiento son más propensas a padecerla.

En general, los alimentos más idóneos son los que aporten pocas calorías y posean propiedades diuréticas, favoreciendo así la actividad de los riñones.

Hay que comenzar por restringir el consumo de alcohol, café, dulces y sal; los tres primeros porque dificultan el trabajo depurativo del hígado y en el caso de los dulces contienen azúcares simples de rápida absorción.

En cuanto a la sal, porque favorece la retención de líquidos; es recomendable sustituirla por limón y hierbas aromáticas.

Además evitaremos las grasas animales saturadas (mantequilla, embutidos) y comeremos sobre todo alimentos ricos en fibra como legumbres, frutas, verduras y cereales integrales.

Deberemos cocinar con aceite de oliva en proporciones moderadas y beber entre comidas al menos dos litros de agua. Y no abusar de la fruta.
Lo ideal es ingerir no más de dos piezas al día. En cuanto al pan, siempre integral y en cantidades discretas.
Y los lácteos, recomendables por su aporte de calcio, han de ser desnatados.

Junto a la dieta, el ejercicio juega también un papel importante. Andar, montar en bicicleta o correr tonifican los músculos de las piernas y las caderas.
Junto a pesas y masajes son los más recomendados para combatir el problema.
Las nalgas y piernas pueden resultar, asimismo, muy favorecidas por la práctica de la natación.

Y no olvide el remedio casero pero eficaz de alternar baños de agua caliente y fría durante quince minutos en las piernas -o en todo el cuerpo- para estimular la circulación. Si le duelen las piernas o los tobillos se hinchan después de una jornada laboral los baños aportan una gratificante relajación que no debería pasar por alto.

La terapia puede complementarse introduciendo las piernas en agua con sal yodada. Si tiene varices, este tipo de baños son imprescindibles.

 
 

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