Por primera vez, desde los casi 30 años que tengo conociéndolo, puedo asegurar que el presidente Andrés López Obrador se equivocó rotundamente con su carnal Marcelo, el mismo que desde ayer por la tarde, escasos minutos antes de despejarse el triunfo de Claudia Sheimbuan como la segura candidata de Morena a la presidencia de la república, dinamitó por completo todos los puentes dando lugar a lo que ya se venía anticipando de su parte y algo más, revive o reedita lo ocurrido hace ya casi 36 años cuando al jefe de Marcelo, Manuel Camacho Solís, le pasó exactamente lo mismo.
Es decir, Camacho Solís tenía todas las expectativas, todas las esperanzas de poder haber sido el señalado por el dedo bendito de Salinas para convertirse en el candidato del PRI a la primera magistratura del país, las mismas expectativas que en todo éste sexenio había venido teniendo el ex canciller, Marcelo Ebrard.
Aunque con una gran diferencia, desde luego. Abismal diferencia diría yo. Mientras que el dedo y temperamento de Salinas escogió a Luis Donaldo Colosio, para luego asesinarlo en Lomas Taurinas de Tijuana, a Ebrard ha sido el voto de la ciudadanía quien le ha truncado su aspiración de convertirse en la antesala de la presidencia de la república, esa misma antesala en que se halla colocada en estos momentos la doctora Claudia Sheiunbaum.
Y a esto me refiero cuando digo que López Obrador se equivocó con Marcelo cuando tal vez, o no quiso o no pudo advertir que en los desfiguros que ya había venido haciendo en relación a las encuestas que darían lugar al surgimiento del candidato de Morena, igualito, exactamente que de siempre lo hizo también, otro que enseñó el cobre y por ende mordió muy feamente el polvo, como fue el caso del ex coordinador de Morena en el senado, Ricardo Monreal.
Y es que, apenas en la mañanera de ayer mismo, cuando un reportero quiso saber de si no advertía problema alguno con sus corcholatas, el presidente descartó de inmediato cualquier problema, desterrando así cualquier sospecha de zafarrancho: “Todos son personas muy responsables, no son ambiciosos vulgares, están luchando por una transformación. Es distinto”, declaró.
Y no sólo esto.
Por igual descartó cualquier posible ruptura entre los aspirantes; aquí se lucha por ideales, se lucha por principios, se lucha por el pueblo le dijo al reportero.
Y le agregó; en otras partes se lucha por mantener privilegios, por hacer dinero, por tener el privilegio de mandar y de dominar; y eso no lo comparten con nosotros los oligarcas.
Y si de la víspera (y las declaraciones de Marcelo se saca el día), es obvio que el alumno de Camacho Solis encaja muy bien en la descripción que hace el presidente.
— No voy a someterme a esa señora, dijo ayer Ebrard al demostrar su desacuerdo con las encuestas que vieron ganadora a la doctora Sheinbaum y ya encarrerado llamó cobarde a su ex colaborador el ahora dirigente de Morena, Mario Delgado.
Y si esto no es una ruptura, pues que alguien explique, ruptura que acaba de ser confirmada esta mañana de jueves por el propio ex canciller.
Por lo que hace al resto de las corcholatas, hubo de todo; desde sorpresas, mensajes con jiribilla y grandes afortunados.
Y es que, según el acuerdo previo entre Morena y los contendientes, éste decía que el ganador del segundo lugar tenía asegurada la coordinación de los senadores en la cámara alta; el segundo lugar tenía ganada la presidencia de la cámara baja y el tercer lugar, se le daba por descontado un cargo de primera línea en el gabinete que a partir del 2024 estará encabezando la doctora Sheinbaum Pardo.
Y aquí las sorpresas:
Monreal se lleva un portazo en plena narices con un quinto o sexto lugar, merced a los coqueteos que de siempre hizo con el partido Acción Nacional al que desde luego es muy seguro que los Reyes Magos le estarán llevando una ”uca” hasta la comodidad de su recámara.
Ahora bien, al renunciar Ebrard a su segundo lugar (ayer ya no fue a la reunión en donde se dieron a conocer los resultados), se recorren los nombres y las posiciones de tal forma que Adán Augusto quedará ídem como líder en la Cámara Baja y Fernández Noroña estaría al frente del rebaño del senado., Monreal, por su parte tendría en la bolsa un cargo –en donde no lo vemos– de primer lugar, pero encajaría mejor en la más apartada de las embajadas de México en el mundo.
Se la ganó a pulso, por ojete.
Total que, excepto el berrinche de Ebrard que termina de tajo con toda una carrera en la política mexicana que van desde secretario de gobierno con Camacho Solís, precisamente, ex secretario de seguridad pública y de desarrollo social con López Obrador en el gobierno de la ciudad de México hasta ex canciller, el viejerío anda la mar de contento.
México, jure usted, tendrá en Claudia su primera mujer como titular del poder ejecutivo y todo el sexenio (y si me lo permite, hasta el próximo, yo estoy viendo en Rocío Nahale, la ex senadora y actual secretaria de Energía, un valioso activo en las filas morenistas y posible sucesora de la futura presidente de México), será el sexenio de la mujer mexicana.
Por lo que hace a Mario Delgado, le espera sin lugar a dudas un excelente lugar en la grilla nacional porque, junto con el gobernador Alfonso Durazo, como presidente del Consejo Político, y él como dirigente nacional de Morena, sacaron adelante este magnífico ejercicio político que, para ser el primero, resultó de grandes ligas.
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