Texto publicado originalmente el 3 de mayo de 2020, reeditado ahora después del anuncio hecho por el Congreso del Estado que inscribirá el nombre de Jacinto en letras doradas dentro del recinto legislativo.
El primero de mayo de 1955, Jacinto López Moreno, del brazo de Vicente Lombardo Toledano, en compañía también de varios líderes sindicales y seguido de miles de obreros y campesinos, encabezaba la marcha que recorría las principales calles de Ciudad Obregón; celebraban el Día del Trabajo.
Eran los tiempos de gloria del líder campesino.
Veinte años después, el tres de mayo de 1975, a Jacinto López lo alcanzaba la muerte en la ciudad de México. Atrás quedaban par a la historia los años de lucha, en los que formó causa para que miles de campesinos del Valle del Yaqui, del Mayo como en otras poblaciones del Estado de Sonora y del país, alcanzaran el anhelo de poseer un pedazo de tierra, es decir el grado de ejidatarios.
Quizá y lo más seguro es que las nuevas generaciones, y entre estas, la generación del neo izquierdismo, no tengan idea de quien fue Jacinto López.
A muy temprana edad y gracias a los trabajos de asesoría para la formaciones de sindicatos en la ciudad de Hermosillo a Jacinto López lo alcanzó la mano dura, el brazo largo y la gran influencia del entonces gobernador de Sonora, Rodolfo Elías Calles, a quien junto con otros líderes los expulso de Sonora, abandonándolos en el Estado de Nayarit, lugar del que Elías Calles tenia preferencia para llevar a quienes el consideraba non gratos a su gobierno.
López Moreno nació en Banámichi Sonora, un tres de marzo de 1906, año que estalló la huelga de Cananea el 30 de mayo.
Para los líderes sociales como Jacinto López, la vida no le fue fácil y menos para su familia, cuando dentro de sus aspiraciones no estaban el afán de la riqueza.
Fiel pensador y hombre de izquierda, buscó formar parte del engranaje del gobierno, pero siempre con disciplinan política y principios, militando en partidos como el partido popular y el partido comunista.
Sonora contempla en su historia a dos hijos de los principales próceres de la Revolución, Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón Salido. Según se data el primero siendo Gobernador la desterró a Nayarit, el segundo también siendo gobernador busco la forma de apresarlo y lo hizo, estando prisionero en el penal de Hermosillo durante seis meses.
Jacinto López, fue dos veces diputado federal, dos veces buscó la gubernatura de Sonora, una contra Álvaro Obregón Salido, según se dice la ganó pero la perdió, también contra Ignacio Soto ocurrió lo mismo; en la búsqueda de la senaduría corrió la misma suerte.
A la llegada de Adolfo López Mateos a la presidencia de la republica le ofreció la Secretaria de Agricultura y Ganadería. Si lo acepto le contestó Jacinto López, con una condición. ¿Cual le preguntó el Presidente? y él le responde: que los campesinos tengan libre militancia, si quieren ser del PRI, del PPS, Partido Comunistas, donde quieran ellos militar.
La secretaría no fue para él.
Jacinto López Llevó una vida ordenada, como pocos líderes y políticos lo hacen; a pesar de mantener siempre sus ideas de izquierda mantuvo relación con representantes de todos los niveles de gobierno y de diferente ideología; a pesar como cuentan los que lo conocieron que sus discursos por características largos, eran fuertes, siempre acusando al gobierno y al imperialismo yanqui. Pese a todo pudo haber obtenido muchas cosas materiales, las cuales rechazó, incluso después de que con su esfuerzo benefició a miles de personas con una parcela, él no se agencio ninguna.
Su honradez lo llevó a terminar su vida en la pobreza, dicen quienes lo trataron que siempre se reusaba a recibir favores, sin embargo en su enfermedad recibió toda la ayuda que se le pudo haber dado.
Su biógrafo cuenta que a su muerte, al llevar el cuerpo a Hermosillo, sus seguidores y familiares, cada uno por su lado pedían a su esposa que les permitiera sepultarlo en los lugares donde él los había beneficiado; unos querían hacerlo en Cananea, otros en Banámachi, unos más en ciudad Obregón.
Estando el Gobernador de Sonora en el lugar que se le velaba, acompañado de otros personajes entre los que se encontraba Alejandro Carrillo Marcór, su viuda, le dice a don Faustino: No sé qué hacer, aconséjeme usted señor gobernador, usted don Alejandro que fue su amigo, aconséjenme que debo hacer para quedar bien con todos.
Fue don Faustino quien le contestó: “Señora, mi opinión es que debe enterrarse aquí en Hermosillo, porque aquí están las oficinas donde se arreglaban todos los asuntos de carácter estatal y federal y cuando vengan a arreglar algún asunto, tendrían la oportunidad de pasar a visitar a su tumba, si estuviera en mis manos dictar un decreto para que sea enterrado en esta capital, lo haría, lo firmaría con gusto, pero es un asunto familiar”.
Jacinto López fue sepultado en el panteón de Hermosillo, el día 5 de Mayo, ante la presencia de miles de campesinos y en medio de un sonar fúnebre de tambores yaquis.