Si mi condición física y mis años (sobre todo) me permitieran irme a chirotear en busca de un gran reportaje, a la Ciudad de México, me pondría a investigar si el Presidente de la República le da a otra u otras entidades federativas los sustanciosos apoyos que canaliza a Sonora.
Es cierto que el costal de millones de pesos que se invertirá, como acaban de anunciar las fuentes oficiales, en la modernización de nuestras aduanas, beneficiará por igual, sin duda, a Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, que también manejan aduanas. Pero hay que agregarle a Sonora las obras en Guaymas, Nogales y demás, que los columnistas sonorenses manosean todos los días.
En México dispondría de información fidedigna e inmediata que me permitiría comparar lo que recibe y recibirá nuestro querido estado en comparación a lo que se le da a otras entidades federativas. Y si de esa comparación resulta lo que parece: que Sonora es objeto de preferencias, de inmediato surgiría la pregunta lógica: ¿por qué?)
Cuando Luis Donaldo Colosio se hizo cargo, en cuanto el presidente Carlos Salinas tomó posesión de la Presidencia, de la dirección nacional del PRI, entendimos que era un paso más a la candidatura presidencial en dos o tres sexenios más. Pero cuando se le incorporó al gabinete como secretario de Estado, sin más averiguación lo pusimos en la lista de presidenciables.
¿Existe la posibilidad de que vaya a estar Alfonso Durazo Montaño en la lista sagrada? Yo les daría francamente mi opinión, pero como les digo, estoy imposibilitado para salir en busca del reportaje.
MÁS VACACIONES PARA EL TRABAJADOR
Cuando el presidente Luis Echeverría decretó la “semana inglesa” para los trabajadores de México, es decir, la obligación de trabajar sólo de lunes a viernes, los patrones y los comunicadores lambiscones de los patrones pusieron el grito en el cielo y predijeron el desplome de la economía nacional. Y no pasó nada, excepto que los que se emborrachaban el sábado pasaron a emborracharse el viernes.
Si los empresarios consideran que con esta medida baja la producción, tendrán que incrementar la productividad. Es posible que en algunas fábricas o en ciertas labores del campo resuelvan el problema con máquinas y tecnología, lo que de carambola perjudicará a los trabajadores pues habría reajustes de personal. Pero esto no sería exigible de inmediato.
Acepten, pues, la nueva disposición laboral, adviertan que los trabajadores contentos son los que dan más rendimiento. Al fin de cuentas, una concesión a los obreros implica el derecho de los patrones de exigir más.
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Publicado originalmente el 4 de noviembre de 2022.