Marcelo Ebrard es hombre inteligente y tomó una decisión inteligente. Aceptó la candidatura de Claudia y expresó que en 2030 hará un segundo intento. Quién sabe qué diferentes factores contribuirán entonces a crear una nueva situación política, pero eso ya se verá.

Además, quedó claro que sí hubo hechos concretos que demuestran anomalías en la encuesta que favoreció a la Sheimbaun y es posible que se apliquen sanciones a quienes se pasaron de listos.

Me parece confusa una de las peticiones de Marcelo: que se considere como segunda fuerza política a su grupo. No es lógico que se acepte una segunda fuerza dentro del propio partido pues lo que importa en vísperas de elecciones es la unidad.

Quienes simpatizamos con la 4 T vemos con gusto que el ex secretario de Relaciones permanezca en su seno y que su voto y los votos de quienes lo siguen contribuirán a consolidar el triunfo del partido. Creemos que si Marcelo hubiera tomado el camino de la disidencia, ni así hubiera ganado Xóchitl Gálvez. Pero ¿para qué correr el riesgo? Tampoco creímos que en 2000 podría ganar Vicente Fox, tan limitado de entendederas, y ya vieron.

A la Gálvez le queda sólo el débil recurso de insistir en su petición de que AMLO le conceda el derecho de réplica en una mañanera. Pero aunque haya ministros de la Corte con ganas de buscarle problemas al Presidente, no olvidarán, de seguro, que las mañaneras se crearon para informar a la prensa, no para desahogos de políticos.

Estos acontecimientos fortalecen la envidiable posición del Presidente. Adiós al conflicto que habría afectado a su gobierno y en un momento tan delicado como lo ha sido la casi destrucción de Acapulco, que por cierto está en camino de solución también.

Cerramos, pues, un capítulo. Sigamos con los ojos bien abiertos pues vienen más.

(Al llamarle Carnal Marcelo acude al recuerdo el “patiño” de Tin Tan, llamado igual)