Humilla Barca al Real Madrid: 6 - 2
AS
Sábado 02 de Mayo de 2009

Allí, en su estadio el Santiago Bernabeu, donde se creía imbatible, y frente a su público que estaba preparado para lo que sería el paso siguiente al campeonato, sí, allí donde querían cantar por adelantado el alirón, allí fue humillado el Real Madrid.

Su verdugo, un Barca incontenible que juega por nota, como los grandes maestros, con una velocidad que marea a cualquiera que lo enfrente, incluyendo al Real Madrid.
 
La goleada fue insultante y no fue mayor por las prodigiosas manos de Iker y porque el Barçacayó en excesos. Desplegó todo su juego, ese enorme repertorio de pases, de diagonales, de desmarques bien tirados, de paredes construidas a la perfección y dio un baile al Real Madrid.

Otros lo llaman chorreo. Venció con una autoridad incontestable y cerró la Liga. Se acabaron las ilusiones blancas y ahora lo que queda es descontar los partidos que restan para que el Barcelona se proclame campeón de una Liga que se ha merecido.

Dicen que antes de correr hay que aprender a caminar. Mientras este Barcelona va corriendo a su cita con la historia, el Madrid apenas está empezando a dar sus primeros pasos.

El Barcelona dirigido por un magistral Xavi, el gran crack en este conjunto de estrellas, puso al Madrid en su sitio, lo zarandeó sin contemplaciones, como si no fuera más que un juguete, y lo hizo con la misma elegancia con la que se ha manejado en todo el curso.

La superioridad del equipo que entrena Pep Guardiola fue tan grande que a su rival sólo le queda reconocerla, aceptarla y ponerse a trabajar para intentar revertir la situación la próxima temporada. Este Madrid de Juande Ramos, el de las remontadas épicas, el de las históricas rachas victoriosas ha vuelto a fallar en una gran cita.

No estuvo a la altura del desafío que suponía el Liverpool en la Liga de Campeones ni lo ha estado ahora cuando le ha tocado jugarse la Liga contra el Barcelona. Puestas las cartas boca arriba sólo se puede decir que este Barça no va de farol.

Por momentos, el juego del Barcelona rozó tanto la perfección que parecía un equipo imposible de frenar. Sabemos que se le puede parar, porque hay conjuntos capaces de hacerlo. Lo hemos visto. Pero el Madrid no es uno de ellos.

El Madrid lo intentó como pudo, como sabe, en realidad. Puso interés, ganas, esa entrega que le distingue de los demás, esa fe inquebrantable en sus posibilidades y que le impide darse por vencido.

Pero muy poco fútbol y una pésima defensa que facilitó mucho las cosas a los azulgrana. Tiene su mérito que con esos argumentos haya sido capaz de discutir el título a este Barcelona de juego exquisito.

Sólo se explica por el carácter envidiable de este equipo.

 
 

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