A 70 años del asesinato del Machi López, su hija Anita sostiene la convicción de que ese crimen quedó impune.

Se detuvo al asesino material, Salomón Guadarrama y a un presunto cómplice de apellido Nieblas, pero el crimen no fue obra de uno o de dos sino de varios a los que afectaba la lucha del dirigente agrario, fue un complot en el que estaban inmiscuidos poderosos políticos regionales, asegura la hija del Machi.

"Es más, Guadarrama ni siquiera conocía a mi papá, no era de aquí, venía de otra región contratado exclusivamente para ejecutar el crimen", explica.

Desde el 26 de noviembre de 1953 el crimen que marcó un derrotero en las luchas populares y campesinas del Valle del Yaqui ha estado cubierto con una densa sombra de misterio, tan densa como la neblina que caía en la ciudad aquella noche cuando el Machi abrió la puerta de su casa y Guadarrama le disparó a sangre fría con una pistola para después huir en la camioneta donde lo acompañaban varios cómplices.

Cada año en esta fecha Anita, algunos familiares, amigos y admiradores del Machi se reúnen para recordar y exaltar la figura de quien fue considerado uno de los líderes más combativos y congruentes con los ideales revolucionarios, a la altura de un Jacinto López y otros de esa prosapia.

Hoy, siete décadas después, la memoria de Anita también registra los años en los que ella y su esposo Carlos Ferra acompañaron a campesinos, grupos populares, estudiantes y obreros en lucha por sus derechos y por la justicia para todos.

Los recuerdos impulsan a esta mujer de 86 años a hablar con vehemencia y claridad de los ideales que enarbolaban ya con organizaciones comunistas o sociale}istas, ya con los más pobres y desesperados de México.

Las imágenes irrumpen en la plática. El recuerdo del padre encarcelado cuando ella era niña. La participación de ella en la lucha. La vida en la clandestinidad. Moverse de un lado a otro cuando los esbirros del gobierno les pisaban los talones. Las reuniones con camaradas políticos. El encarcelamiento de su esposo Carlos y después el de ella.

Y la terrible contradicción que sólo podía ocurrir en el México de aquellos años:

"Cuando yo estaba en la cárcel, vinieron a mi casa los del gobierno a decirle a los compañeros que les darían tierras".

Historias que se han ido perdiendo en el tiempo, como las generaciones que fueron protagonistas de esos hechos. Historias desconocidas para los jóvenes de hoy, tan ajenos a las frases y los ideales que exalta una mujer como Anita.

Pero la vida continúa y en este punto la hija del Machi López recibe una honrosa distinción como la Ciudadana Distinguida de Cajeme en el 2023, el reconocimiento que ha tenido altibajos según las personas designadas y que hoy con Anita y Alfonso Bours Almada recupera su calidad.

Ella lo agradece con renovado optimismo, ahora al amparo del movimiento feminista.

"Este es un reconocimiento a la participación de las mujeres en las luchas sociales", sonríe orgullosa.