Políticos chafas, siguen saltando al circo de 4 pistas.

A los saltimbanquis de la nueva desbandada hacia MoReNa. Y para los que operan desde adentro de otros partidos, agazapados, para MoReNa:

La vida es un espejo. 

El buen trato o el mal trato a los demás, se refleja como éres y como te tratarán.  Si escupes al espejo te escupes a ti mismo. Eso es fundamental en la vida. Como médico lo sabemos desde nuestros inicios como profesionista. 

En política es lo mismo. El presidente cada mañana agrede (nos ha agredido a los médicos y a otros profesionistas, y a los ciudadanos qué disienten de su gobierno), entonces -"morenistas"- no se enojen, si se les devuelve la agresión. Pero ese ha sido su plan "de gobierno". Y ustedes se la creen. Véanse en el espejo. Y no se encabronen. Sonrían, la vida es corta y se agota. Mejor analicemos ¿qué opinan de la nueva oleada de priiistas al morenismo? Puros "honorables políticos" . Sonrianles, sean amables, pónganle alfombra roja. Y mucho papel sanitario y antisépticos. Brinden por la felicidad que les dará esta oleada de mengambrea política. Y habrá más de esos "políticos pragmáticos:" qué de tanto escupitajo, han empañado el espejo de la política...de todos los partidos.

Mirémonos al espejo y veamos hasta el fondo las imágenes que junto con la nuestra se refleja, o con la sana convivencia de la esencia de la buena política, o con la sucia, estercolera y el fétido olor qué caracteriza la mala praxis de la politequeria rapaz y ramplona. 

Limpiemos a diario el espejo que empaña el quehacer político. Seamos autocríticos para tratar de mejorar el fin verdadero de la política.

Nuestro partido (PAN) nos necesita. Es hora, en este mes, de realizar un balance del quehacer politico. Quiénes y por qué nos han abandonado por ir tras el interés personal o de grupos. Es tiempo de esta necesaria reflexión al interior de nuestro tan herido partido, por sus ex militantes y algunos militantes.

Les deseo lo mejor en estos días y años venideros. Pero mejores deseos a nuestro Instituto político y a México.

Les abrazo.

Dr. Raúl Héctor Campa García.