Cada año, conforme se acerca la inauguración del Festival Dr. Alfonso Ortiz Tirado, se repite el rollo; se asoman los artistas Rito Emilio Salazar y Jorge Martin y unas veces insinúan y otras veces lo dicen con claridad, que ellos crearon el Festival; simultáneamente, no falta quién sostenga que la verdadera creadora fue Sylvia Laborín.
Rito y Jorge argumentan que a ellos se les ocurrió que María Félix y el doctor Ortiz eran dignos de un homenaje, y resolvieron que se lo ofrecerían al cantante y médico. Y como para 1985 estaba listo el Museo Costumbrista de Álamos, con flamante sala a la que llaman auditorio, pidieron y lograron autorización para hacerlo ahí. El homenaje consistió en una velada (una sola) en la que se entonaron únicamente canciones que interpretó Ortiz Tirado.
Eso es históricamente exacto. Los dos amigos cubrieron el evento. Lo que no es cierto es que ellos crearon el Festival que aún no existía.
Tampoco la señora Laborín fue la fundadora. En aquel tiempo era directora de Museos, y como tal, incorporó a su esfera de competencia el Museo Costumbrista. En la oficina de éste y con el entusiasta apoyo de Tony Estrada, que era el director del Museo, cumplían la obligación de atender a los pocos artistas y funcionarios que asistían a las veladas que tuvieron lugar los años siguientes. A partir de 1989 el Instituto Sonorense de Cultura asumió la responsabilidad de realizar auténticos festivales.
Como usted quiera, cada quien es libre de proclamarse fundador de lo que sea. Se arriesga a que le crean o no le crean. Y no pasará de ahí.
DE ORGANISMOS AUTÓNOMOS
Leo que el cardenal de Guadalajara, un señor que se llama Pancho Robles Ortega, predica ante su grey que los organismos autónomos no deben desaparecer, como pretende el presidente AMLO y que hay que luchar para conservarlos. Y afirma que esos organismo ayudan a evitar la corrupción mientras López Obrador los acusa de que corrompen.
¿Qué se trae don Pancho? ¿Está consciente de que se agrega a los grupos de derecha que le buscan pleito al Presidente? Nada raro es que el clero se inmiscuya en política, pero antes sabían dorar la píldora.