Fuera de juicio
Alejandro De la Torre D.
Martes 23 de Enero de 2024

La palabra juicio proviene del latín "Iuidicium" esto es en español "Judicio", con sintáxis es juicio, por eso todo lo que se refiere a ese concepto es judicial, agregando la letra "d". 

Juicio es distinguir con la razón entre una tesis y su antítesis. 

En la antigüedad el ejercicio mental de distinguir entre el bien y el mal, entre la mentira y la verdad, etcétera.

Esto es, para ir al grano, la característica que debe tener una persona llamada Juez, o sea el que tiene juicio, el que lleva el juicio, el que determina con juicio, entre una tesis que tiene una de las partes y una antítesis que defiende la parte adversa.

Para tener juicio, debe haber varias condiciones pero las dos principales son la razón y el humanismo.

El derecho es cumplido por el juicio, sin juicio no se pueden aplicar las fuentes que le dan existencia: Ley, costumbre y jurisprudencia.

El designar por la vía del voto de los ciudadanos a jueces, no les da por ese hecho juicio, al contrario, se pueden designar con el error, como jueces, a personas con un juicio inferior a otras con una mayor capacidad de juicio.

Sustituir a jueces corruptos con vicios en su capacidad de juicio, que en realidad no se merecen ser jueces por que su capacidad de juicio se ha pervertido, se ha roto por ser personas poco racionales y poco humanistas; sustituirlos por jueces electos como diputados no nos saca del problema, lo complica.

Cualquier juez nuevo no tendrá mayor capacidad de juicio por el hecho de ganar una votación en urnas. Es una grave tontería si se va a reformar la ley para hacer esto.

Es evidente, que conocimientos y honestidad no son una sola cosa, si no dos cosas y muchas veces incompatibles, pero ninguna de las dos se adquiere por que los ciudadanos voten por ellas.

Para desempeñarse como jueces se requieren exámenes de alto grado, que sean aplicados tanto en la estabilidad y sobriedad moral, sicológica y doctoral de los que deben ser designados, igualmente por personas mas capaces todavía.

La reforma al poder judicial requiere un servicio profesional de alto grado, principalmente en los poderes judiciales de los estados que son los mas corruptos y con los que los ciudadanos mas padecen de sus abusos.

La crisis de 1985-86 del poder judicial sonorense se viene arrastrando hasta la fecha, tildado de corruptelas y arbitrariedad. Uno de los actores de tal crisis se llamaba Francisco Acuña Griego hermano del actual líder del mismo poder, Rafael Acuña Griego, 12 años menor.

Los jueces actuales en Sonora, de los tres niveles, de primera instancia, de los tribunales y del supremo, les mandan consignas, muchos obedecen y otros mas actúan sin esa característica fundamental, el juicio, descrito al inicio. No saben distinguir entre el adinerado y el pobre, entre el maleante y el inocente, entre el apoderado del poder público y el ciudadano. La igualdad ante la ley no existe para estos jueces, y cometen barbaridades injustas muchas veces revertidas por el poder judicial federal.

Pero los jueces con todos sus vicios humanos, que no deben ser jueces, no pueden se sustituídos por jueces tipo diputados. 

Los diputados por si no nos damos cuenta son mas corruptos y no dejan de serlo por ser electos en las urnas.

México no puede ser sometido a reformas obradoristas de derecha a la necedad de la oligarquía financiera que las ordena como militarizar al país, recortar los gastos del estado o desaparecer a organismos autónomos importantes y necesarios.

Así como el poder judicial de los estados como el de Sonora, los organismos autónomos como el de competencia, el de transparencia o el del respeto a los derechos humanos deben tener miembros con juicio, con capacidad de razonamiento y decencia. Ese es el problema y no desaparecerlos.

Principalmente un organismo que genere la participación ciudadana y no el INE, un organismo que defienda los derechos del pueblo rompiendo sus limitaciones sobre derechos laborales rotos, o del orden jurisdiccional del poder judicial, un organismo que delimite la competencia desleal de los grandes acaparadores empresariales contra la pequeña y mediana empresa sin impulso, un organismo que exija la rendición de cuentas y la información publica al acceso inmediato y expedito gobierne quién gobierne.

Los gastos para mantenerlos son excesivos pero esta no debe ser la causa de su extinción, si no de su reforma.

Ni la FGR, ni la SFP, ni la Auditoria de la Federación o la Secretaria de Economía son garantes de los derechos humanos, la transparencia, la competencia igualitaria y la participación ciudadana.

Estos organismos deben mantenerse con austeridad y funciones directas asociadas, pero no desaparecerlos.

Mejor que el presidente convoque a una nueva constitución para México, que sea integral el debate nacional de la propuesta y se haga un nuevo Estado Mexicano al servicio de su pueblo trabajador y pueblo marginado del progreso en el régimen pasado.

La nueva Constitución que salga de una amplia convocatoria a que la discuta el pueblo en sus barrios y comunidades, en sus sindicatos y escuelas, en sus casas y en el mercado, debe ser el objetivo, que cambie al régimen y evolucione a las relaciones de los ciudadanos con el Estado, que sea un Estado de los Trabajadores y del Pueblo Pobre, que es la mayoría y que los empresarios y patrones sin excluirlos tengan el mismo derecho individual a votar y decidir.

Esta si sería una transformación de fondo, una revolución ciudadana.

 
 

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