El jueves tuvo lugar en la Biblioteca Rafael V. Meneses de Hermosillo una subasta de pinturas, Ofreció varios aspectos singulares: numerosos ex discípulos y amigos del profesor universitario Leo Sandoval, fallecido hace pocos años, desde hace meses reúnen fondos para dedicarle una escultura, y esa noche consiguieron un avance considerable hacia la cantidad total, con el producto de la subasta.
Además, todas las obras, 35, fueron donadas, y en su conjunto, constituyen un hermoso muestrario del avance de las artes plásticas en Sonora, y el lleno de la sala y el entusiasmo con que la gente sostuvo la clásica puja, demostró que hay público para eventos como éste. De hecho, se escucharon opiniones en el sentido de que las subastas de arte deben realizarse año tras año.
De la agrupación Escritores de Sonora A, C. es el mérito de la organización y el de la realización, como subastador, del licenciado José Ángel Calderón.
No hubo allí representantes de las universidades ni del Instituto Sonorense de Cultura, aunque sí apoyo del Instituto Municipal de Cultura, pero lo que me parece más raro es que no se vieron reporteros. Los de antes hubieran estado ahí para averiguar quién fue Leo Sandoval y cuál es el mecanismo de las subastas, y hubieran tomado nota de los forcejeos de dos o más personas interesadas en el mismo cuadro, que en voz alta ofrecían cien o quinientos pesos más que el vecino de silla para terminar, feliz y sonriente, como dueño de la obra en disputa.
Un periodista de antes, de los buenos, se hubiera marchado esa noche con material para varias historias que le ganarían lectores. Recuerdo que antes había buenos periodistas, pendientes de lo bueno que ocurre en el pueblo. Ya no.
¿CREER A LOS ASESINOS?
Los mexicanos ponemos cara de duda cuando escuchan que cierto varón o cierta mujer ha llevado una vida ejemplar, aunque haya pruebas fehacientes a la mano. Pero si le dicen que la mujer y el hombre incurrieron en inmoralidad o delito, se apresuran a creerlo y se les hace tarde para salir a propalar el chisme, aunque quienes fabrican la calumnia sean unos asesinos.
Con qué satisfacción malsana van muchos repitiendo que hace 25 años el crimen organizado financió una campaña de Andrés López Obrador. ¿Testigos? Los criminales y asesinos que operaban en Guerrero.
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