El jueves se exhibió un documental que refresca la honda huella del tenor cubano Jesús Li en la enseñanza musical y la producción operística en Sonora. Asistió al acto, que tuvo lugar en la biblioteca Rafael Meneses, una numerosa y distinguida concurrencia.

Jesús vino a cantar por primera vez al Festival de Álamos, con su esposa Marybel Ferrales, soprano, y la pianista Isir Almaguer, en 1995. La Universidad de Sonora los contrató a los tres y creó la opción de Canto dentro de la licenciatura en Arte. Esta muy importante consecuencia de la contratación no es mencionada en el documental, como tampoco la participación de la maestra Almaguer.

Al menos la mitad de la obra exhibida descansa en Marybel, que relata diversos episodios en la vida de quien fue su esposo y murió en un incendio que estalló en su casa una noche, del que pudo poner a salvo a sus hijos, aunque al precio de su vida.

Se hicieron entrevistas a personas que no aportaron nada importante y de la rica fuente que constituyen las docenas de ex alumnos, algunos artistas consagrados ahora, sólo aprovecharon los entrevistadores a dos o tres. Por otro lado, a varios de los asistentes, según el intercambio que tuvimos después de la proyección, nos habría gustado escuchar más la voz del gran tenor. Ignoro si hubo alguien que fuera a tocar a las puertas de Telemax, que podría conservar grabaciones, para haber enriquecido el documento.

En mi libro “FAOT Internacional 25 ediciones (1985-2009)” vienen las fechas de cuando participaron los artistas cubanos, y en “Mi abuela iba al teatro”, publicado en 2001, doy razón detallada de las óperas que se han cantado en Sonora desde el Siglo XIX. Duele que los investigadores no consulten lo que ya está investigado, tal vez porque desconocen la existencia de esos libros. De todas maneras, como hubo un espacio para intervenciones del público, lo aproveché para compartir con éste los conocimientos citados.

Las observaciones anteriores no significan que desconozca el esfuerzo de quienes realizaron el documental; sólo asentar, como amigo que fui de Jesús Li, que pudo lograrse un resultado completo.

(NOTA- Dejo pendiente una columna que cerrará la serie de los cajeros automáticos que se roban el dinero).

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