Cuando llega, cada tres años, el proceso electoral, los candidatos y sus equipos hacen funcionar sus cerebritos para armar lo que se conoce como “promesas de campaña”. Hay que dar con algo que le falta al municipio para que pase a formar parte central de los discursos del candidato. Éste desea llevar al cabo una obra fregona, grandota, que llame la atención, que haga que lo recuerden y le sirva de referencia para alargar su carrera política.

A veces son los ciudadanos quienes se ponen de acuerdo para solicitar a los aspirantes que no olviden incorporar a su agenda, en caso de triunfar, la realización de tal o cual obra.

De acuerdo con lo expuesto, ¿qué diremos que le falta a Hermosillo?

Yo no me inclino por recomendar una obra específica sino sencillamente por el cumplimiento de prestar los servicios urbanos a conciencia y realizar de manera permanente los programas que normalmente se llevan al cabo. El servicio de agua potable, la iluminación de calles y avenidas, la vigilancia que da seguridad, la protección de los niños al entrar y salir de las escuelas, la recolección de basura, la limpieza de las calles, la forestación de jardines y parques.

En general, que el presidente municipal y sus regidores hagan la chamba normal aunque los resultados queden ocultos en ocasiones, como las redes de agua y drenaje, y no se puedan fotografiar para presumir. Es necesario en Hermosillo que la tarea de repavimentar bulevares, avenidas y calles de colonias modestas sea permanente y con materiales que duren.

Y como todo esto cuesta, sugiero que el próximo cuerpo edilicio limite el gasto en los medios con el propósito de promover carreras políticas personales, gasto que en los últimos años ha sido escandaloso. Veamos si sobre el horizonte asoma un candidato dispuesto a servir y no a servirse.

VISITA A MUSAS

Ayer hice una visita a MUSAS y tuve la satisfacción de encontrar a dos grandes artistas: Zacarías Páez y Fernando Saldaña. Al primer lo encontré dentro del recinto y al segundo, afuera. Y no, a Saldaña lo había encontrado ya en el interior, en los cuadros maravillosos que llenan toda una sala, con su peculiar arte abstracto.

¿Por qué los medios locales son tan mezquinos con el espacio y no nos cuentan todos los días –todos los días, he dicho—de lo que crean nuestros artistas?

carlosomoncada@gmail.com