Al menos 12,500 niños habían sido asesinados en Gaza por los bombardeos y ataques terrestres de las fuerzas israelíes.
Ahora los niños también empiezan a morir de hambre y por deshiratación en medio de condiciones desesperadas debido a la estrangulación de la ayuda por parte de Israel y la destrucción del enclave asediado.
No hay hospitales, la mayoría han sido destruidos, ni medicamentos para atender a los niños heridos. A muchos ha sido necesarios amputarles una extremidad sin anestesia.
"Esta es una guerra contra los niños. Es una guerra contra su infancia y su futuro", dio a conocer Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo.
Estados Unidos habla cada vez más sobre la catástrofe humanitaria en Gaza, donde las Naciones Unidas advierten que cientos de miles de personas están al borde de la hambruna y el aliado de Estados Unidos, Israel, continúa obstruyendo la mayor parte de las entregas de ayuda.