Reconozco que le he entrado al tema con brusquedad. Es cierto que resolvería el conflicto de huelga de la Universidad un psiquiatra tolerante y paciente, capaz de explicar a los paristas por qué, lo dije ya en otra columna, se metieron en una ratonera. Pero también creo que se podría avanzar antes con el auxilio de un profesor de lengua española; éste comenzaría por las cosas sencillas, por ejemplo, qué significa “último ofrecimiento”
En la semana que acaba de terminar, la rectora María Rita Martínez entregó al STEUS el último ofrecimiento y explicó en detalle que es imposible aceptar las condiciones de la contraparte porque para ello se necesitarían entre 780 y mil millones de pesos. Y la dirigente sindical reviró con que harán una contrapropuesta. ¿No te has dado cuenta de que la Universidad hizo el ÚLTIMO OFRECIMIENTO y que al Sindicato sólo le toca aceptar o rechazar?
La tarea del psiquiatra consistiría en ubicar a la dirigencia del STEUS en la realidad. de modo que comprendan el absurdo de pretender pasar por la caja de un pagador y exigir por su trabajo sumas fantásticas. Un niño de ocho años ya tiene noción de lo que puede comprar con Cinco Pesos, no dudo que si un adulto lo ha olvidado, no le será difícil revivir el conocimiento.
Hay que enseñarles también que aunque se creen trabajadores como todos los demás, son diferentes. El propietario de una fábrica imposibilitado para pagar los sueldos a sus trabajadores puede declararse en quiebra y los trabajadores poseen la facultad de exigir que se saquen a remate los bienes de la fábrica para que les cubran sueldos, prestaciones atrasadas e indemnización
Si los del STEUS son iguales a cualesquiera trabajadores me imagino que han planeado ya pedir que saquen a remate el mobiliario de la Universidad, el equipo de laboratorios, los libros de las bibliotecas y los vehículos. Con suerte con una subasta bien organizada alcanzan a reunir los mil millones de pesos. Sería un brillante triunfo sindical
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