Ayer en la mañana encontré en el buzón de mi casa un mensaje y al primer vistazo supe quién me lo enviaba por la hermosa sonrisa plasmada en su rostro: Natalia Rivera, La Guerrera, candidata del Movimiento Ciudadano a presidenta municipal de Hermosillo.

Natalia, licenciada en Administración Pública, da una muy breve síntesis de las tres décadas que ha dedicado al servicio público, especialmente de su fructífero paso por el Congreso del Estado, en donde sacó adelante sus iniciativas sobre becas para niñas del campo, severa vigilancia para quienes han sido procesados por delitos contra menores de edad, combate a la trata de niñas, fin a los abusos con grúas y en los estacionamientos públicos, y otras encaminadas a mejorar la vida de la gente.

En la parte esencial del mensaje enseña que hay dos Hermosillos, el primero con buenas calles y servicios públicos, bien atendido, y el segundo olvidado, lleno de baches, inseguro, en pésimas condiciones. La candidata ofrece pugnar porque haya un solo Hermosillo en el que las oportunidades sean parejas para todos.

Yo estoy de acuerdísimo, y sólo quiero reflexionar en que algunos miles de los habitantes de esta ciudad no vivimos ni en el Hermosillo 1 ni en el Hermosillo 2 sino en una especie de tercer Hermosillo en el que parchan los baches en la calle que pasa a la izquierda de nuestra casa y dejan los baches-cueva que cada día crecen en la calle de la izquierda, donde se roban dos carros y nos consuelan con la estadística de que no se habían robado uno en los últimos seis meses.

Si vamos a beneficiarnos con la emparejada de oportunidades y la condición es votar por Natalia, pues votaremos por Natalia.

EL ÚLTIMO DEBATE

Mañana tendrá lugar el tercer y último debate de los aspirantes a la Presidencia de la República, y dado que está firme la victoria de Claudia Sheinbaum (las tres encuestadoras más prestigiadas coindicen en que su ventaja sobre la señora Gálvez es de 23%), ojalá dejen de lado las cuchufletas corrientes de los encuentros anteriores y nos hablen con seriedad sobre cómo resolver los enredos de la crisis energética, la inseguridad, la salud y las relaciones internacionales.

Pelearse en la televisión invitará a que los simpatizantes de cada una de ellas se agarren también del chongo.

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