Llevo diez días hundido en la agobiante, interesante, sorpresiva a veces, tarea de ordenar mis archivos, ya se imaginarán ustedes qué cantidad de documentos, fotos, cartas, recortes los conforman si les informo que paso de los 70 años dedicados al periodismo y un poco más de 70 entregados a la literatura.
Y califiqué esta tarea, líneas arriba, de sorpresiva a veces, porque si bien llega uno en ocasiones a sucesos que ya conocía, se habían olvidado. Va un ejemplo.
El periódico “Reforma” del 1º de diciembre de 2000 publica en dos páginas las fotografías de quienes, a partir de ese día, integran el gabinete ampliado del presidente Fox.
Entre las docenas de nombres viene el de la aún joven Xóchitl Gálvez Ruiz, de 37 años entonces, a quien Fox confió la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Y en espacio algo alejado del anterior, Alfonso Durazo Montaño, secretario particular, que si no cumplió este año que corre los setenta, ya le anda cerca.
Resulta curioso cómo se apartan de manera tan opuesta los destinos de dos personas que, al primer vistazo al periódico, podría uno creer hermanadas por su pertenencia a un equipo, el del flamante Presidente.
¿Y DESPUÉS DE LAS FIESTAS?
Pasaron los desfiles y amontonamientos causados por los festejos de la Exposición Ganadera, que casi todos los días tuvo sus grandes estacionamientos repletos, y para mañana manifestó Tránsito municipal la sombría amenaza de que las calles del centro estarán en grandes trechos cerradas porque comenzarán en cosa de horas las Fiestas del Pitic. El remate del boletín publicado debió ser: ¡Sálvese quien pueda!
Luego tendremos encima el cierre de campañas de los candidatos a puestos de elección popular (este fenómeno democrático que parece nunca arribará al final) y el 2 de junio, ir a la casilla que nos tocó, manejar con cuidado e irse a casa temprano porque unos partidos organizarán manifestaciones públicas para festejar y otros las harán para llorar.
Los enemigos del rico calorcito tratan de adivinar qué tan duro o benigno será el verano y yo me pregunto si no tendremos en el año un par de meses para salir de paseo o de negocios en esta ciudad en condiciones de normalidad, como si viviéramos en una ciudad tranquila.
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