Si no se ha acercado a ver u oír a algunos de los políticos que por estos días andan en campaña pretendiendo alcanzar un puesto de elección, les quedan solo unos cuantos días para hacerlo, de lo contrario, forzosamente se tendrá que esperar tres largos años para conversar quizá con los mismo que hoy andan de plaza en plaza, de pueblo en pueblo, pregonando sus virtudes y ninguneando las de sus adversarios. Es muy probable que algunos de ellos dentro de un trienio vuelvan a andar encampañados, pero reseteados, es decir, en diferentes partidos por el que hoy lo hacen, es la moda.
Las campañas políticas de los distintos candidatos están por terminar, en ellas, lo significativo ha sido escuchar los ataques de unos contra otros, es decir unas verdaderas batallas campales de ataques verbales, y desorden de ideas.
Lo más seguro y cierto que aquellos que han seguido las campañas de algunos políticos de quienes quieren que sean sus líderes, han tenido que escuchar al menos unos dos millones de palabras a través de sus castos o en otros casos incastos oídos, palabras que también lo más seguro es que sean en su mayor parte repetidas en infinidad de veces.
Y en esto de escuchar a los distintos candidatos, lo cierto es que crean confusión, porque todos hablan en relación al de enfrente asignándoles los calificativos de corruptos, ladrones, y de enriquecimiento inexplicables, y viceversa, el de enfrente también le asigna estos los mismos calificativos, en base a esto se pudiera pensar que todos los políticas y en especial los candidatos a algo, son todos corruptos, ladrones y que se han enriquecido o pretenden el enriquecimiento en forma inexplicable.
En nuestra comuna, al menos, independientemente del aburrimiento que significa oír aunque no lo quisiera hacer, a los diferentes políticos, estos dejaron de hacer en gran medida la práctica de contaminar a la ciudad con miles y miles de carteles de lona y papel, colocados en paredes, postes, camiones, carros particulares, escuelas y en amplios espacios legales y prohibidos; se termina por así decir aquella confrontación de esperar el primer minuto del primer día de campaña para ser los primeros, en contaminar la ciudad, para después en forma burlesca hablar de los efectos de la contaminación.
Entonces, si no ha visto o escuchado a algún candidato, búsquelo, escúchelo, salúdelo, tal vez le quede el recuerdo de que le dio al menos un beso en una mejilla, y ese detalle intangible lo recordara todos los días que Dios le conceda de vida y si es si joven lo podrá contar a sus nietos, presumirlo en una tertulias o en una sesión de embriaguez. Curiosamente quienes criticaban aquella vieja práctica son ahora los protagonistas de ellos.
Las campañas y las técnicas de seducción, de pedir y exigir el voto, ahora son un tanto diferente, lo que no quiere decir que dejaron de ser aburridas.
Por lo pronto, si le toca en suerte ver en estos ultimos días a algún candidato de algo, procure ser lo más amable que sea con él, hay que recordar que ese es su trabajo. Pero lo que si no nos debe de preocupar es que los candidatos para algo, no son de ninguna manera una especie de extinción, por lo contrario, aunque no se les quiera, permanecerán; quizá mañana usted que los critica formará parte de ese universo de bien aventuradas ciudadanos.
Los que saben de esto, es decir de tratar con candidatos, opinan que esta especie no se extinguirá nunca jamás, porque aunque sean ampliamente criticados, muchos son los que quieren ser parte de ella. Quizá esto sea porque llevan una relajada y cómoda forma de vida, por eso es que quienes están en un puesto de algo y lo han estado por muy largo tempo no quieren salirse y los otros quieren desbarrancarlos.
Así pues, a esta temporada le quedan unos cuantos días para buscar y saludar a algún candidato o candidata. Búsquelo.
Ánimo.