Sudorosos, irritados, entre olores desagradables y el calor que se exacerba por el hacinamiento de cuerpos, deseando llegar cuanto antes a su destino, así viajan miles de usuarios del transporte urbano en Cd. Obregón.

Las temperaturas de 40 grados centígrados y más, como los 48° C de esta semana, llegaron desde hace unos días y casi la totalidad de los camiones  continúa sin servicio de aire acondicionado.

Mientras en Hermosillo el 96% de los camiones sí cuentan con este servicio, aquí son escasos, apenas unos cuantos y en ciertas rutas, nada más. Allá en años recientes se ha incorporado una cantidad importante de unidades en buen estado, mientras aquí son las mismas chatarras donde el aire acondicionado es un lujo imposible, con que den servicio es suficiente.

Esto es un factor más que marca una gran diferencia entre el nivel de bienestar de la población capitalina y la cajemense. 

En varias entrevistas el alcalde Javier Lamarque ha mencionado sus planes para el crecimiento de Cd. Obregón, desde inversiones extranjeras hasta obras de infraestructura como el corredor universitario, la remodelación del área de la Laguna y del centro de la ciudad. 

En esas declaraciones no aparece la modernización del transporte urbano, un tema más urgente tal vez que los anteriores.

La excusa que viene desde Hermosillo -el tema recae en el gobierno estatal- es la baja producción de camiones en la industria automotriz. 

Y entre una escusa y otra, la mayoría del pueblo cajemense que no cuenta con automóvil propio debe seguir sufriendo la tortura diaria del pésimo servicio de transporte urbano y las temperaturas extremas al interior de camiones chatarra.

Ya son varios años y la situación no ha cambiado, incluso empeoró y no se ve cerca una solución. Será tal vez porque la gran mayoría de los funcionarios locales y estatales sí tienen su auto particular.