Los bajos salarios que se pagan en Cajeme tienen su antecedente en la economía agrícola que impulsó el crecimiento inicial de este municipio, afirma Alejandro Romero.

En una economía agrícola los salarios siempre son más bajos que en las regiones industrializadas donde además los trabajadores tienen mejores prestaciones, añade el integrante del Colegio de Economistas de Sonora.

Junto con Javier Villegas, presidente del Colegio, y Mario Saucedo, delegado de este organismo profesional, hacen un diagnóstico de las circunstancias que han limitado el crecimiento de Cajeme y lo alejan del experimentan otros municipios, ya no sólo Hermosillo sino además Nogales, Guaymas, San Luis Río Colorado y otros.

Las variables son evidentes: El modelo de economía agrícola ya no es detonante, quedó rebasado desde las expropiaciones de 1976 y hoy sobrevive en el marco de un tratado de libre comercio.

"Pero no sólo es la agricultura", advierte Mario Saucedo, "también han influido decisiones políticas como llevarse a Hermosillo oficinas federales que aquí se habían establecido".

El todo o nada, un error

Javier Villegas pone el dedo en un factor que incomoda a algunos:

"Los cajemenses somos orgullosos, no sabemos negociar en el esquema ganar - ganar, queremos todo para nosotros".

Cita como ejemplo precisamente lo que ocurrió a mediados de los setenta, cuando se decía que el gobierno echeverrista iba a realizar grandes expropiaciones agrícolas aquí, en Hermosillo y Ahome.

Los agricultores de Hermosillo y los de Ahome buscaron el diálogo con el gobierno federal y acordaron el ganar - ganar. En cambio los de Cajeme se negaron a esa posibilidad, con mucho orgullo pero fueron los perdedores.

Además, añade el presidente del Colegio de Economistas, los dueños de terrenos e infraestructura querían obtener grandes ganancias cuando algún inversionista foráneo mostraba interés por traer una empresa a Cajeme. Les ofrecían terrenos privados pero a precios demasiado altos e incluso, señala Villegas, era común que les pidieran compartir acciones con los locales de las empresas que pensaban instalar aquí.

Con esas condiciones, los foráneos se iban a regiones con mejores incentivos para la inversión. 

Hay recursos para la inversión privada en Cajeme pero se necesita más y empresarios locales se han ido a otras regiones, como Hermosillo, donde han abierto muchos negocios.

Urge más desarrollo industrial

No es necesario buscar culpables sino plantear qué es lo que debemos hacer para impulsar el desarrollo de Cajeme, precisa Mario Saucedo.

"No podemos avanzar mucho atenidos a la agricultura porque esta actividad no genera valor agregado, y no tenemos un plan de desarrollo porque sólo tenemos un parque industrial mientras Hermosillo tiene 24 y la gran mayoría son privados", comenta el delegado del Colegio.

Bienvenidas las empresas comerciales, pero nos urge un plan de desarrollo industrial, reitera.

La competencia de varias empresas industriales por contratar trabajadores hará que suban los salarios, es la ley básica de oferta y demanda.

Así, entre la revisión de su pasado y las opciones viables para el futuro, economistas, inversores y gobierno local buscan afanosamente la llave que abra el futuro económico de Cajeme.