Dominan porras encuentro de candidatos
Francisco González Bolón
Jueves 14 de Mayo de 2009

La verborrea de Juanita Martínez Mátuz y los gritos de las porras que acompañaron a Manolo Barro y a Ernesto Vargas, fueron los elementos más sobresalientes en el encuentro que protagonizaron los candidatos a la presidencia municipal de Cajeme.

Fue un encuentro de poco contenido, a veces monótono, y tal vez no a la altura de lo que se espera en un diálogo con universitarios.

Como complemento, la participación de Juanita Martínez Mátuz, candidata del PSD, hizo parecer más trivial y circense el encuentro.
Martínez Mátuz ofreció a sus adversarios políticos que estarán en su gabinete, además de otras ideas que reflejan el poco nivel de la política que se practica en estas campañas.

Sin embargo, de no ser por ella y por Ramiro Castelo Delgadillo, viejo dirigente campesino, el encuentro no hubiera sido ni siquiera una anécdota.

Convocado por la Universidad La Salle, el foro en el que los cinco aspirantes a la presidencia municipal presentaron sus programas de trabajo tomó color en los últimos minutos.

Antes, Alberto Castro Cajigas, del PT; Guillermo Patiño Fierro, del PRD; Ernesto Vargas Gaytán, del PRI; Adalberto Rodríguez Sáinz, de Convergencia, y Manuel Barro Borgaro, del PAN, habían expuesto sus intenciones a favor de Cajeme.

Cuando tocó el turno a Martínez Mátuz, quien se autonombró la primera mujer candidata a la alcaldía en la historia de Cajeme, dijo de entrada que su planilla está compuesta en un 50% por personas de la tercera edad.

A las mujeres las llamaría a dejar de ser utilizadas sólo para adornar los eventos de campaña o entregar propaganda.

Y a sus contendientes los animó: cuando sea presidenta municipal, ellos estarán en el equipo de trabajo porque son excelentes personas.

 

Llama la atención

Las ideas y el estilo desenfadado de Martínez Mátuz provocaron risas y hasta los aplausos de una parte de los asistentes.

Desde su lema de campaña: “Si quieres tener lo mismo, vas a votar por lo mismo”, que a nadie más que a ella se le hubiera ocurrido, hasta la necesidad de eliminar el monto base en los cobros por el consumo del agua potable.

O bien la integración de consejos municipales en cada colonia y comunidad rural, con oficinas y todo, pero que no sean elefantes blancos, para vigilar la transparencia en el manejo de los recursos.

Y su incansable tarea de años de lograr que las tarifas eléctricas se reduzcan en un 50% para los de la tercera edad, para los discapacitados o las familias en extrema pobreza.

Más aún, la amenaza de reducir en un 20% el número de funcionarios de primer nivel en su gobierno porque “hay muchos que no hacen nada”.

Y la queja: no hay en Obregón una oficina de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, a pesar de que se han vivido seis años de un gobierno represor.

Cuando los 10 minutos de su exposición habían concluido, todavía pidió más tiempo para hablar de sus posibles acciones en materia de seguridad pública.

 

Las preguntas

Y vendrían las preguntas que pondrían a “parir” cuates a dos que tres.

El primero en ponerle el cascabel al gato fue el estudiante Jesus Anwar Benítez Acosta, quien planteó que si los que gobiernan son los integrantes del Cabildo, por qué los candidatos no dan a conocer quiénes son los futuros regidores y síndico municipal.

Barro Borgaro sería el primero en contestar pero sólo para remitir a los oyentes a la página web del Consejo Estatal Electoral, donde está la lista de quienes integran su planilla.

Rodríguez Sáinz plantearía que regidores y síndico sean electos por la sociedad y no a través de las cuotas de poder de los partidos y Vargas Gaytán dio nombres de sus regidores y hablaría de la equidad de género en esa lista.

También Patiño Fierro diría que el PRD fue el primero en proponer la equidad de género, o Castro Cajigas mostraría orgulloso a los integrantes de su equipo.

 

Y vuelve

Pero una vez más Martínez Mátuz pondría el dedo en la llaga: traen algunos de los candidatos puros nombres reciclados en su planilla, en vez de dar oportunidad a la juventud, que debe participar porque nadie es dueño de los partidos políticos.

Otras preguntas llegarían y las porras de Barro Borgaro o Vargas Gaytán, las más numerosas, aplaudían cuando su candidato hablaba.

Pero la pregunta de Ramiro Castelo Delgadillo, para la cual no quería respuesta inmediata sino hasta que desde la presidencia municipal uno de ellos vaya a hacer algo concreto sobre el atraso en que está el campo.

La vehemencia, pero también lo extenso de la intervención del líder, llamó la atención de propios y extraños.

Muchos le aplaudían, otros le reprochaban, pero al final de cuentas encendió los ánimos de las porras, que a esas alturas ya tenían coros simultáneos a favor de sus candidatos.

 

Responde entre gritos

El único que alcanzó a responderle, en medio de gritos, fue Vargas Gaytán, quien responsabilizó a Felipe Calderón del desastre en el agro, mientras que Barro Borgaro y Martínez Mátuz ya no pudieron esbozar sus ideas.

La moderadora del evento plantearía que las preguntas tenían que ser de estudiantes, aunque agradeció la presencia de las “porras” y sin más envió a la entrega de reconocimientos a los candidatos para concluir.

Al final, hasta la aspirante a la diputación local por el PRI, Rosario Oroz Ibarra, diplomática como siempre, felicitaba a Martínez Mátuz y se declaraba defensora de las mujeres.

Y un panista le recordaría que no fue Martínez Mátuz la primera candidata a alcaldesa sino Alma Vucovich, a finales de la década pasada.

En suma, un encuentro que estaba a punto de terminar en desencuentro pero en el que cada “porra” vio ganador a su candidato. Y todos contentos.

 
 

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