Todo acto violento en su intento o consumación es rechazable.
No es la aversión al personaje ni a lo que representa lo que hace dudar de la presunta realidad del hecho que nos ocupa. El atentado como “Anillo al dedo o a la oreja” que sufrió el candidato republicano Donald Trump siembra interrogantes.
Cuando uno ve las escenas del intento, surgen las dudas, usted podrá comprobarlas: Está hablando Trump, detrás de él, a 70 metros, están los franco tiradores (2) mirando, no hacía el frente, sino al lado donde estaba el presunto tirador, coincidentemente.
Cuando Trump siente el rozón, se lleva la mano a la oreja, como si le hubiera picado una avispa, siente que hay sangre y se raya el cachete en la caída, en ese momento, en milésimas, el francotirador hace los disparos que abaten al tirador. Caído Trump, los del servicio secreto lo levantan, lo rodean, y de frente al público, una agente, la más chica (en estatura) cubre el frente que permite mirar por segundos la cara del herido y así lo llevan hasta las escaleras, tiempo suficiente para que Trump levante el puño tres veces, arengue al publico y pose para la portada del Times, donde se ve a la agente dejando el pecho descubierto de Trump (hasta parece reír) y el otro agente enmarcando la toma de foto, coincidentemente con la bandera ondeando en aparente complicidad.
La multitud atrás del templete ni se da cuenta, algunos se mueven, pero ninguno en pánico (cuando hay un tiroteo, tan común en aquellos lugares) una mujer de gorra roja se inclina sonriendo (como en una parodia estudiada), otros se asombran, pero nadie corre o se desbanda.
Un espectador declaró a la prensa que minutos antes, les dijo a policías que arriba de un techo habia un hombre, aparentemente con un rifle y no le hicieron caso ni dieron parte al Servicio Secreto.
Cuando hay un mitin la seguridad cubre todos los espacios posibles que puedan permitir un atentado (si no recuerden al Estado Mayor presidencial mexicano de aquellos tiempos). Sin embargo, no fue así.
¿Por qué las dudas? El sistema de protección de los presidentes y algunos funcionarios por parte del famoso Servicio Secreto es demasiado estricto, cuando pasa un evento de esta índole lo primero que hacen es cubrirlo completamente para que no exista la posibilidad de un segundo tiro, no se le permite al protegido levantarse, ni ser visible hasta que entra al vehículo oficial. Aquí se rompieron todas esas reglas misteriosamente. ¿Fue una comedia? ¿Un montaje?
Dicen que el primer móvil de cualquier atentado es a quién beneficia. Trump es capaz de todo, no importa que usted o yo no lo sepamos, Él lo sabe.