Murió Luis Rey Moreno, poeta y músico, artista de sensibilidad delicada y convicciones con firmeza de roca. Siempre se mantuvo en la oposición en los conflictos universitarios –laboraba en Radio Universidad--, pero para expresarse siempre daba a conocer sus mensajes mediante eventos culturales.

Hicieron historia los tres grupos culturales que formó: Germen, Brecha y Acequia, con puertas abiertas para el público no universitario que quisiera participar.

Cuando fui director del Instituto Sonorense de Cultura le pedí sus poemas para publicarle un libro, y de manera amable pero firme me argumentó que no sería congruente con su postura independiente darlos a la luz en una edición del gobierno.

Junto a Abigael Bohórquez, Alonso Vidal, Raúl Acevedo Savín y otros escritores puso en marcha el encuentro nacional “Horas de Junio”. La última vez que hablé con Luis, en un encuentro casual en plena calle, coincidimos en lamentar la penosa desaparición de este festival y él me comentó que buscaría el apoyo de otros compañeros que quisieran revivirlo.

La última vez que tuve contacto con él, hace pocas semanas, fue a través de su colaboración en el libro “La cola del cometa”, en la que con fina nostalgia evoca la metamorfosis de los jóvenes durante los movimientos de 1967 y 1970. ´´Éramos buenos, escribe, sólo queríamos ser diferentes”.

Luis fue un hombre bueno. Y diferente.

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