El 28 de marzo de este año el delegado de la Fiscalía General de la República en Sonora, Francisco Sergio Méndez, advirtió que en Hermosillo no estaba permitido que entrara la alta criminalidad.
"Aquí no", fueron sus palabras, consignaron los medios.
En otros municipios de Sonora, donde la ola de criminalidad tiene ya varios años asolando a municipios como Cajeme, Altar, Caborca, Empalme y otros, la opinión pública reaccionó con desconcierto: "¿O sea que aquí sí?".
Cinco meses después, las corporaciones de seguridad pública del Estado y la Federación informan con orgullo que se han reducido en 54% los homicidios en Hermosillo gracias a los operativos conjuntos que realizan ante la ola criminal de las semanas recientes.
Un boletín de la Fiscalía del Estado explica:
"Dicha reducción en materia de homicidio doloso obedece a un comparativo entre los periodos del 22 de julio al 2 de agosto, en el que se registraron 13 muertes violentas en la ciudad de Hermosillo; contra el lapso del 3 al 14 de agosto, en el que, tras acciones implementadas, se registraron seis asesinatos en la capital sonorense".
Además, continúa el comunicado oficial, se detuvo a 44 personas, 17 de ellas por delitos de alto impacto como privación ilegal de la libertad, homicidio doloso, secuestro agravado y desaparición cometida por particulares.
En Cajeme y en los municipios de la zona del Desierto donde pareciera que la criminalidad sí tiene permiso de actuar, y después de lo ocurrido en Hermosillo nos preguntamos:
¿Por qué aquí sí?