¿Hay un tema más fuerte, triste y doloroso en Cajeme que el de los desaparecidos?

No, no lo hay. Los vaivenes de la economía, las controversias políticas, la sequía y los drenajes colapsados, todo pasa a segundo término, es insignificante cuando se compara con la tragedia que envuelve a cientos de familias cuando desaparecen a uno de los suyos.

Pese a ello, el tema no es fácil de asumir por una sociedad que teme involucrarse y prefiere mantenerse ajena a esa realidad. Por eso cuando se marcha por los desaparecidos sólo asisten pequeños grupos, mujeres las mayoría, familiares que también son víctimas por lo que le pasó a alguien de los suyos, a esa o ese que no han vuelto a ver y buscan aquí y allá.

Fueron alrededor de 400 personas las que desaparecieron en Cajeme el año pasado, dice Nora Lira, de las Guerreras Rastreadoras de Cajeme.

Y este año ha sido cerca de 200 más, añade.

Las cifras abruman, más las respuestas de la burocracia judicial, peor la indiferencia social.

Pero ellas se manifiestan en días como este viernes 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas..

Marchan como lo han hecho durante los últimos cinco años y volverán a hacerlo tantas veces sea necesario, dice Ana. El cansancio no las vence y la esperanza las fortalece.