Han transcurrido 35 años desde que Carlos Salinas de Gortari vendió Telmex a Carlos Slim y socios y el monopolista que acaba de cumplir 85 años todavía defiende el negocio.
Niega que sea la fuerza preponderante del mercado (un eufemismo que se usa en vez de monopolio) porque todavía hay un sector en el que no lo han dejado participar: la televisión de paga.
Ningún presidente ha cedido a la presión, pero ahora que desapareció el Instituto Federal de Telecomunicaciones y el gobierno federal asumió sus funciones, Slim tiene una nueva oportunidad, depende de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Empresario, filántropo, filósofo
Slim contestó preguntas de reporteros de medios nacionales y extranjeros por más de dos horas.
Algunos puntos sobresalientes:
1) Sus tres fundaciones asistenciales cuentan con 100 mil millones de pesos y reforzarán su campaña contra la pobreza. A pesar de los programas sociales del gobierno federal, sigue habiendo pobreza extrema.
2) A la economía nacional le ha faltado crecer dos por ciento más anualmente. En los últimos 45 años, el PIB subió 2 por ciento como promedio y en 24 sólo 1.3 por ciento. 3) La reforma judicial es un absurdo;
4) A propósito de la seguridad en Estados Unidos, se queda la droga y el dinero, acá las armas y la violencia. Suena raro que allá no hay mafias.
5) Está entusiasmado con la presidenta Sheinbaum, la ha visto invitando a empresarios a invertir.
6) Es escéptico respecto al éxito de la política de aranceles de Trump, va a provocar inflación. Lo que necesita Estados Unidos es inversión, China invierte 42 por ciento de su PIB. Al final de la reunión, Slim descubrió un rasgo que desconocíamos. Leyó un texto filosófico sobre el tema de dar.
Columna "Dinero" publicada en La Jornada