Pues fíjense ustedes que si los funcionarios no nos informan todos los días, a través de los medios de comunicación, que la escasez de agua es el problema principal de Sonora, ni cuenta nos habríamos dado. ¿Qué creen que vivimos en la luna?

Nos hemos hecho viejos esperando que uno de los programas emprendidos por un gobernador pegue en el blanco. El gobernador Alejandro Carrillo Marcor contrató una empresa que mandó un avión a “sembrar” hielo seco en las pocas nubes que rondaban el cielo para que lloviera. Lograron que cayera un chorrito de agua pero no se supo si gracias a la ciencia o a la casualidad.

En el gobierno de Faustino F. Serna soñamos en que se haría realidad el PLHINO y que habría tanta agua que pronto podríamos ir al trabajo o de compras o al trabajo en lancha, no más en camión o automóvil.

El gobernador Rodolfo F. Valdés fue aplaudido porque mandó perforar varios pozos en La Victoria Yo lo recuerdo, no por los beneficios que trajo el programa para la comunidad sino porque en aquel tiempo se pusieron de moda los molestos “tandeos”.

El gobernador Armando López Nogales no anduvo con mezquindades: la desalinizadora en el mar nos garantizaría el agua de aquí a la eternidad. Por desgracia se dobló ante el alcalde Búrquez y el presidentonto Vicente. Y el gobernador Padrés armó el plan consistente en robarse el agua de los agricultores del Valle del Yaqui. Y ni así.

Los ciudadanos entendemos que los medios están obligados a mencionar como héroe al gobernador que da esperanzas a los hermosillenses con su personal intento. Muy bien, que se le aplauda. Si alivia la escasez del “vital líquido”, como le dicen los reporteros que no le hallan sinónimo, aguardamos que sea por unos años, los suficientes para esperar que llegue otro gobernador con otro programa milagroso. Ya nos acostumbramos.

carlosomoncada@gmail.com