WASHINGTON.— Randy Johnson ingresó al selecto club de las 300 victorias en las Mayores, a los 45 años y con una recta que todavía hace que el radar marque más de 90 millas.
Es muy probable que tengamos que esperar más de una década antes de volver a ver a un lanzador de Grandes Ligas perseguir su triunfo número 300.
Todo empezó hace hace 22 años con el primer triunfo, con los Expos de Montreal, equipo que mutó años después para convertirse en los Nationals de Washington, franquicia ante la que consumó ayer la proeza que sólo otros 23 legendarios serpentineros, además de él, han conseguido.
Randy Johnson también puede presumir por haber lanzado uno de los 17 juegos perfectos que se han tirado en la historia de las Mayores y ser el lanzador zurdo en la historia con más ponches (4,843), además de ser el segundo en abanicados de todos los tiempos, sólo detrás de Nolan Ryan.
Ayer, en el juego con el que escribe su nombre en los anales de la historia ligamayorista, el espigado y desgarbado Johnson tuvo una labor con lo necesario para conseguir el triunfo.
Johnson (5-4) lanzó por espacio de seis entradas, donde le pegaron dos imparables únicamente, ponchó a dos y concedió dos bases por bolas, enfrentó a 22 bateadores y bajó a 5.12 su efectividad.
Incluso, por algún momento se pensó que atravesaría esa barrera con una joya de pitcheo y hacer más enfática su entrada a ese selecto club de las 300 victorias en las Mayores.
Arrancó la quinta entrada cuando Johnson encaró a Elijah Dukes, el jardinero central de los Nationals y con un batazo de éste, el doble cero terminó, disipando la posibilidad de la joya, mas no de la gloria.
El zurdo de más de 2.05 metros de estatura, no logró su primer triunfo en las Mayores sino hasta que cumplió 25 años. Lo que asombra es que al cumplir 30, apenas registraba 64 triunfos allá por 1993.
Sin embargo, las 236 victorias de Johnson, desde que cumplió 30, son la quinta mayor cifra en la historia de las Mayores.