Aunque el consumo de camarón se asocia al aumento del colesterol, hay evidencias de que ese alimento tiene antioxidantes útiles para prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el mal de Parkinson y el cáncer.
Una investigación del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson) ha permitido a esa universidad contar ya con la tecnología para fabricar alimentos que sirven al ser humano para nutrirse, pero también para prevenir enfermedades.
El doctor Jaime López Cervantes, coordinador de Investigación y miembro del Departamento de Biotecnología y Ciencias Alimentarias del Itson, afirma que uno de los proyectos más prometedores es el relacionado con los residuos del camarón.
En la cabeza del camarón se localizan pigmentos carotenoides, ricos en astaxantinas que al combinarse con los alimentos ayuda con sus antioxidantes a prevenir enfermedades.
Durante unos 10 años el Itson ha investigado la manera de separar esos elementos de los residuos del camarón y para darles valor agregado.
Al momento, esos desperdicios se tiran al mar o a los basureros municipales, a pesar de que Sonora, y en especial esta región, tiene un gran potencial ya que sólo el 2008 se produjeron en granjas acuícolas unas 80 mil toneladas de camarón.
Si se toma en cuenta que el 35% de ese volumen, unas 28 mil toneladas, se considera como “basura”, en la que se incluye la cabeza y la cáscara del camarón, la oportunidad para desarrollar productos industriales o farmacéuticos, es enorme, afirma.
En otros usos
Además de las astaxantinas, refiere, de la cabeza del camarón se obtiene el quitosano, aplicable en el tratamiento de aguas residuales, en la agricultura para el recubrimiento de semillas, en la producción de medicinas o elaboración de cosméticos, recuerda.
En el desarrollo de los llamados alimentos funcionales, enfatiza, se trabaja en coordinación con España, Argentina, Colombia e Italia.
Este año el Itson tendrá lista la investigación básica para hacer la transferencia de tecnología a la sociedad el 2010, expresa, para que cualquier inversionista interesado pueda fabricar alimentos con alto grado de antioxidantes.
Los envases
También con los residuos del camarón se pueden fabricar “envases activos”, a partir del quitosano, los cuales permiten incorporar antioxidantes a los alimentos, asegura.
Las astaxantinas pueden añadirse con esta tecnología a sopas y alimentos rápidos o prefabricados a los que les brinda un mayor valor agregado.
Y además del ser humano, también los mismos camarones e incluso los salmones y la trucha salmonada producidos en granjas, pueden ser beneficiados con este tipo de productos, afirma.
Esos animales obtienen en forma natural su coloración rosada de las microalgas con que se alimentan en su medio natural.
Pero al ser especies en cultivo, enfatiza, esa coloración la puede obtener a través de la mezcla de las astaxantinas con los alimentos.
Es de este modo, dice, como el Itson ya está viendo los frutos de un arduo trabajo de investigación que tiene como objetivo generar productos que sirvan a la sociedad en su desarrollo.
Tiene quitosano muchos usos
Investigaciones desarrolladas en diversas partes del mundo han precisado que la quitina es una sustancia orgánica muy abundante en la naturaleza, después de la celulosa.
Se encuentra en la coraza de camarones e incluso en los cangrejos y otros crustáceos, en el fino manto del plancton, en el exo-esqueleto de los insectos, en el cartílago del calamar y en las membranas celulares de algunos hongos, afirma el doctor Jaime López Cervantes.
El coordinador de Investigación y miembro del Departamento de Biotecnología y Ciencias Alimentarias del Itson, refiere que al compuesto llamado quitosano se le puede usar en muchas áreas industriales, ambientales y hasta en la medicina.
Ya se han hecho experimentos en otros países con excelentes resultados en la cura de diabetes, colesterol y triglicéridos altos.
Esos estudios, conocidos a través de artículos especializados, demuestran que al quitosano se le puede aplicar en la hipertensión, el asma, las infecciones de las vías respiratorias, artritis y otras enfermedades reumáticas.
Pero también contribuye al tratamiento de enfermedades del hígado, disfunciones de la menopausia, menstruaciones anormales, úlcera péptica, gastritis, obesidad, migraña, entre otras, dice.