Ahora los partidos políticos están viendo cómo sacar provecho hasta del voto nulo en las boletas electorales el 5 de julio; ya que en la política mexicana como en el la iniciativa privada, la empresa nunca debe perder.
Y en efecto, de prosperar la campaña que invita a la ciudadanía a asistir a las urnas, pero no a elegir una opción sino a nulificar el voto, en repudio de la ineficiente clase política, los que no perderán nada serían los partidos más fuertes: PAN, PRI y PRD.
Éstos seguirán como aves de rapiña en los espacios que ganen electoralmente, gracias a los votos de sus familiares, amigos y compañeros de partido; ya que hasta con tres votos el IFE declarará ganadores.
Los partidos afectados serían los pequeños, la chiquillada como se les conoce al Partido Verde Ecologista, el Partido del Trabajo, Convergencia, Nueva Alianza y Partido Social Demócrata.
Los escasos votos que se llegaran a lograr en las urnas serán repartidos entre los tres partidos de mayor fuerza en el país, y ahora sí serían pateados los partidos menores en las preferencias electorales.
El voto en blanco no servirá sin embargo para mejorar la situación del país, en cuanto a exigirles a los funcionarios públicos el cabal cumplimiento de sus obligaciones.
El panorama de corrupción y que los políticos vean sólo por sus intereses particulares seguiría igual.
A menos de que la clase política en México tomara conciencia del malestar social manifiesto en la campaña del voto nulo; pero eso es poco probable.
Cierto es que la ciudadanía ya no cree en la clase política, pero es de reconocerse que la estrategia misma del voto en blanco es dudosa y causa suspicacia.
Primero porque la promueven políticos; y segundo, porque con esta forma de manifestación no cambia el problema de fondo, los excesos, la corrupción y la ineficacia de los políticos mexicanos.
Habrá que buscar otra forma de protestar y que además prospere, tal como la rendición de cuentas de funcionarios públicos, y hacer valer las sanciones, castigos y penas mayores a aquellos que incumplan con su responsabilidad en el ejercicio del poder o como representantes sociales.
Los 90 segundos para alentar el voto
El voto nulo o para nadie atenta contra la democracia, han declarado algunos políticos.
Y lo que se ve en ese mensaje no es otra cosa que moralina política con la que los beneficiarios de sistema de partidos políticos pretenden convencer a la ciudadanía de que vote por una opción y no deje la boleta en blanco.
Los mensajes de 90 segundos de los presidentes nacionales del PRI, PAN, PRD y los otros partidos pequeños, que el IFE se apresuró a grabar y promover para que estos líderes convenzan a los mexicanos de que deben de votar por el bien del país y la democracia, son de risa en el contexto social y económico en que se encuentra México.
Mientras el líder del PAN Germán Martínez pide de manera directa a los ciudadanos que voten este 5 de julio, para que así no se beneficie particularmente ningún partido con el voto en blanco; la priista Beatriz Paredes se atreve a señalar que las elecciones hablan de una sociedad civilizada; lo que le faltó decir fue que en el marco político de las últimas décadas, a la sociedad civilizada no le han respondido satisfactoriamente los incivilizados políticos.
Finalmente, el líder del PRD nacional, Jesús Ortega, pide el voto de confianza a la ciudadanía, reconociendo que la clase política ha fallado a México.
Aunque lo que la sociedad mexicana ha buscado en este “ámbito democrático” son las candidaturas ciudadanas.
Pero justamente esta propuesta la echaron para atrás los partidos políticos, a través de sus grupos parlamentarios, en la reciente reforma electoral.
Y sólo los candidatos postulados por los partidos políticos puedan contender en una elección para ocupar un cargo de representación popular.
Lo cual, eso sí, es error y atentado contra la democracia, y no el voto nulo. Ya que con éste la ciudadanía se expresa votando por nadie, porque nadie le convence.
En cambio, en el caso de las candidaturas que designan los partidos, son los políticos los que se expresan al designar a sus preferidos; y a la ciudadanía le dejan el abanico de opciones ya bien amañado.
Angélica Beltrán / Agencia Maya