La quema de gavilla en el Valle del Yaqui se justifica mientras los productores de trigo no tengan el respaldo para adquirir equipo tecnificado de labranza de conservación, señaló Alfredo Carrasco Agramón.
El dirigente de la CNC en Cajeme indicó que para acabar con esta actividad se requiere un subsidio que permita tecnificar los trabajos de barbecho y rastreo de los campos de cultivo.
Tan solo un equipo tecnificado de labranza, explicó, tiene un costo de entre los 80 y 120 mil pesos, que es casi imposible adquirir por un productor sin el respaldo de un subsidio.
“Muy pocos productores tienen estos equipos, el gobierno hace un par de años anunció un programa de apoyos pero nunca se llevó a cabo”.
Para los agricultores incorporar la gavilla, dijo, tiene un costo de 12 mil pesos por hectáreas, lo que eleva los costos de producción.