AL BAT: Pasión por el beisbol
Jesús Alberto Rubio / beisrubio@gmail.com
Jueves 02 de Julio de 2009

¿Qué consumía Ted Williams?

El doctor Carlos Rodríguez Candila, desde Metepec, Estado de México:

Le agradezco haber publicado mi opinión referente al número 9 (hay más, y para el Sr. Miranda le sugiero que multiplique 12 x 9 y observará que la suma del resultado también da 9), es sólo eso.

Respecto al uso de anabólicos (esteroides) pues ya sabe que soy médico y algún entendido puedo tener de los efectos en el uso de los mismos. Sin cuestionar al último bateador de .400 de porcentaje o más como fue Ted. Wiliams, extraordinario, formidable, etc.

¿Alguien se puede preguntar cómo actúan los soldados que van a guerra además de su valor patriótico?

De los canabinoides en adelante el hashis, de donde en árabe o moro procede el término asesino que los ibéricos cuando fueron por 800 años dominados por los !ASHIS-AN! es decir lo que no pronunciaban bien dijeron ASESINOS (3ª. edicion del libro de farmacología de  Goodman-Gilman) y quedó acuñado tal término como sinónimo de homicida porque Ashis-an en terminología árabe quiere decir " el que consume Hashis; es decir canabis).

No quiero decir que Ted Williams era consumidor de alguna sustancia equis, pero en ese tiempo para nada se medía el consumo por ejemplo de alcohol o tabaco que fumado o masticado se permitió; eso nunca cuestionará su gran capacidad.

A fin de cuentas ambos eran consumidores como lo son tantos, entre ellos Barry Bonds, con la diferencia es que no a todos les resulta igual.

Hank Aaron es reconocido sin medirle nada de consumos de sustancias que le hayan permitido aún con 2,500 veces más al bat que Babe Ruth y jugando a placer en la primera base después de no poder seguir jugando el right field donde no requirió el esfuerzo que Ruth si tuvo además como PITCHER.

Los records son así y los hombres capaces de hacerlo con su propiedad física con o sin refuerzos de sustancias son eso, Hombres Dotados.


El récord más difícil

Por otra parte, Carlos me soltó una pregunta:

A modo de trivia ¿cuál es el récord actual más difícil del beisbol sin superarse en Grandes Ligas con coca cola o con esteroides o morfinas o lo que sea,- y considero permanecerá muchos años más- hasta hoy en materia de bateo? Saludos y abrazos.

No lo pensé mucho y la respuesta fue: Joe DiMaggio y sus 56 juegos consecutivos pegando cuando menos un hit. (También le dije de los 41 triunfos de Jack Chesbro). Pero me quedé con el “Clipper”…..¡Y le atiné!

Le debo la respuesta del por qué nuestro interlocutor justifica su teoría sobre esa marca.

 

Harvey Addix


Denny McClain fue el último pitcher (Tigres de Detroit) de ganar 30 o más juegos en una temporada; ese es un record difícil de superar por ejemplo.

¿Pero alguien recuerda a Harvey Addix, el zurdo lanzador de los Piratas de Pittsburgh, cuando el 26 de mayo de 1959 le lanzó a los Bravos, entonces de Milwaukee 12 2/3 entradas UN JUEGO PERFECTO, obviamente empatado hasta ese momento a cero hasta que Joe Hadock le bateó el home run que dio el resultado ¡y perdió el juego!

Ganó una gloria que observo casi imposible de superar. Parece increíble ¿verdad? Pero así sucedió.

Los detalles de ese histórico juego

 El colega Ignacio Peña, reciente, escribió sobre el tema, ilustrándonos en detalles que son un primor:

“Bill Virdon, quien conectó uno de los doce hits de los Piratas de Pittsburg comentó: “un pitcher lanza así una sola vez en la historia del béisbol, y nosotros no pudimos ganar el juego para él”.

Haddix aceptó el primer hit hasta la decimotercera entrada, pero allí terminó su oportunidad de llegar a la inmortalidad en el béisbol. Ni siquiera el telegrama de felicitación enviado por el presidente de la Liga Nacional, Warren Giles, pudo suavizar el dolor producido por esa descorazonadora derrota.

Había una pequeña razón  para pensar que Haddix estaba en un mal momento, cuando el ex granjero, ahora de 33 años se enfrentó a Johnny O’brien al iniciar el juego, aquella fría noche del 26 de mayo de 1959 en Milwaukee.

Haddix no estaba lanzando bien y sus compañeros no estaban bateando en juegos recientes; además Harvey tenía una tos seca que había estado padeciendo desde hacía dos semanas, el clima frío y húmedo, no le estaba ayudando.

Tampoco lo estaba haciendo el manager de los Bravos, que llenó de bateadores derechos su orden al bat, con un  total de siete, incluyendo al lanzador Lew Burdette. Los únicos bateadores zurdos eran Eddie Mathews y Wes Covington.

Usando una bola rápida y el slider, que casi fue todo el repertorio de ambos lanzadores esa noche. Haddix rápidamente dispuso de O’brien, Mathews conectó línea a primera y el cañonero Hank Aaron (entonces un novato) elevó al central.

Burdette que había retirado en orden a los Piratas en la primera entrada, aceptó un hit en la segunda pero no le pudieron anotar. Haddix retiró en orden a Smocky Burgués, Nelson y Bob Skinner.

Entrada tras entrada Haddix y Burdette mantuvieron a raya a los bats contrarios, solo que había una diferencia entre la actuación de ambos; Burdette había permitido varios imparables y Haddix estaba lanzando juego perfecto.

Con ceros para ambos equipos en la séptima y octava entradas, la pizarra se mantenía en blanco. Ningún bateador de los Bravos se había embasado, pero lo estaban intentando; Johnny Logan conectó una fuerte línea que Dick Schoffield atrapó dando un salto.

En la sexta Logan conectó por el hueco entre tercera y parador en corto y Schoffield vino de nuevo al rescate al recoger hábilmente la bola y hacer un gran tiro a primera.

En la séptima empezó a llover, pero parecía que nada le afectaba a Haddix; en el cierre de la novena, Burdette vino al bat y le gritó a Haddix: “te voy a romper el juego sin hit”, con la cuenta en 2-2 Hadix hizo abanicar a Burdette para poncharlo, el estadio era un manicomio.

Un juego perfecto de nueve entradas, pero no una victoria. Esto no había sucedido nunca. Haddix lanzó la décima, onceava y doceava en forma perfecta, había hecho historia, nadie había lanzado más de nueve entradas perfectas.

Haddix lucía cansado cuando subió al montículo para la entrada 13, Félix Mantilla bateó una rola a tercera, Don Hosk fildeó limpiamente, pero su tiro a primera fue malo y no lo pudo manejar el primera base; el anotador marcó error y el público aplaudió la decisión, Mathews se sacrificó avanzando al corredor, Hank Aaron, el líder bateador de la liga, recibió base intencional.

Parecía una buena decisión, pues había ponchado dos veces al siguiente bateador. Sin embargo en esta ocasión, en cuenta de 1-0 Adock conectó un  batazo entre central y derecho, Virdon corrió hacía atrás y saltó, pero la pelota venció la cerca.

Adock y todos los que estaban en el parque pensaron que era un cuadrangular, todos menos uno. Aaron que estaba tocando la segunda base, pensó que la bola había caído al pié de la cerca, que no la había rebasado y pensando que mantilla había anotado, la carrera del triunfo, se encaminó a la caseta de los Bravos. Adock, mientras tanto, corriendo se dirigió a la tercera base.

Los peloteros de los Bravos le decían a Aaron que regresara a tocar segunda, tercera y home, pero Adock ya lo había rebasado.

Los ampayers declararon out a Adock, pero aceptaron las dos carreras. Al día siguiente, el comisionado de la liga, Warren Giles, anuló la carrera de Aaron y notificó que el marcador oficial era 1-0.

Fue un raro final para uno de los juegos más raros que se han visto, un lanzador que retiró a  36 bateadores consecutivos y perdió”.

 
 

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