En pocos días se formó una colonia de tortugas en la Laguna del Náinari.
Los animalitos se hanconvertido en uno de los principales espectáculos de este sitio. A diario decenas de familias se detienen en el lugar para contemplar a los curiosos quelonios que, tal vez por el exceso de gente, poco salen a la superficie.
La mayor parte del tiempo sólo asoman sus cabecitas, y eso es suficiente para la alegría de chicos y grandes que acuden a admirarlas.
Los niños se divierten con ellas, las mujeres se emocionan... y los señores se acuerdan de... las caguamas.